En medio de la fuerte oposición de los pescadores locales y de la comunidad internacional, el Gobierno japonés y el operador Tokyo Electric Power Company planean comenzar a liberar pronto el agua residual radioactiva de la planta de energía nuclear Fukushima Daiichi. El plan provocó fuertes críticas en la comunidad pesquera local y de países vecinos, como Corea del Sur, Rusia y China. Con este plan se canaliza el agua tratada desde los tanques hasta una instalación en tierra, donde se diluirá con agua de mar para reducir la concentración de tritio, y verterla al océano a través de un túnel submarino.
Cien mil litros de cloruro de vinilo ardieron en Ohio. El tamaño de la nube que se formó después de la explosión del tren indica que el problema es mucho mayor de lo que se anunció en los primeros informes
Por el grado de contaminación causada, algunos han nombrado el accidente como «el pequeño Chernóbil químico».
La noticia, a pesar de los esfuerzos por ocultarla, mimetizar sus esencias o tergiversar su contenido, siempre se abre paso: en East Palestine, Ohio, hubo un accidente químico.
Washington intentó que la información sobre lo ocurrido no trascendiera las fronteras de East Palestine; incluso, como denunció el expresidente de Bolivia, Evo Morales, trataron de ocultarlo deteniendo a periodistas como Evan Lambert. Sí, así actúan los pregoneros de la libertad de prensa.
Evo exigió al mandatario de EE. UU., Joe Biden, que explicara al mundo todo lo relacionado con el desastre medioambiental que comenzó cuando, el pasado 3 de febrero, el tren Norfolk Southern Railroad, cargado de productos químicos, que viajaba de Illinois a Pennsylvania, se descarriló en East Palestine y provocó un gran incendio.
Días después, especialistas realizaron una combustión controlada de los vagones que quedaron volcados, para impedir una posible explosión. Durante la operación se liberó al aire cloruro de hidrógeno y fosgeno, un gas tóxico que fue utilizado como arma en la Primera Guerra Mundial, responsable del mayor número de muertes por gases en ese conflicto bélico.
La presencia de estas sustancias solo se reveló después de la quema de los coches. Trent Conaway, alcalde de la localidad, declaró el estado de emergencia en la zona y detalló que los vagones accidentados cargaban tóxicos peligrosos.
Por su parte, la Agencia de Protección Ambiental de EE. UU. notificó que, en los vagones afectados, también había otros compuestos como éter monobutílico de etilenglicol, acrilato de etilhexilo e isobutileno.
Especialistas en la materia, de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de ese país, advirtieron que el acrilato de etilhexilo es una sustancia cancerígena, el isobutileno provoca mareos y somnolencia cuando se aspira, y la exposición al éter monobutílico puede originar sangre en la orina, vómitos y depresión del sistema nervioso.
Dos semanas después se siguen presentando pruebas de la contaminación causada, lo que incrementa la incertidumbre de las personas que viven en Ohio, y no solo allí, sino en todo el país y en varias partes del mundo, al punto de que algunos han nombrado al accidente como «el pequeño Chernóbil químico».
La directora del Departamento de Recursos Naturales de Ohio, Mary Mertz, comunicó que un río cercano a la zona del desastre fue contaminado, lo que causó la muerte de unos 3 500 peces.
Cien mil litros de cloruro de vinilo ardieron en Ohio. El tamaño de la nube que se formó después de la explosión del tren indica que el problema es mucho mayor de lo que se anunció en los primeros informes. Las lluvias ácidas previstas pueden abarcar un radio mucho mayor y afectar poblaciones muy alejadas del incidente.
Según Andrew Whelton, ingeniero ambiental que investiga los riesgos químicos durante los desastres, no está claro de cuánto se diluyó en el aire, en el agua o cayó al suelo, y explicó que estos compuestos pueden permanecer activos por años si no se toman las medidas adecuadas, refirió bbc News Mundo.
Como si no fuera suficiente, el 14 de febrero un camión cisterna tuvo un accidente en una carretera de Tucson, al sur de Estados Unidos, lo que causó una fuga de ácido nítrico, sustancia que es considerada como altamente peligrosa para la salud, informó el Departamento de Seguridad Pública de Arizona, en un comunicado.
El aumento del nivel del mar amenaza a casi 900 millones de personas que viven en zonas costeras bajas
El miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba y ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla, insitió en la importancia de poner en funcionamiento un fondo con el financiamiento necesario para enfrentar las pérdidas y daños por efectos del cambio climático.
«Urge operacionalizar un fondo para pérdidas y daños por efectos del cambio climático y proveer el financiamiento necesario», escribió el Canciller, al referirse en Twitter al aumento del nivel del mar, que amenaza a casi 900 millones de personas que viven en zonas costeras bajas, según trascendió en Naciones Unidas.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, alertó de las formas en que esta situación pone en riesgo a uno de cada diez habitantes del planeta.
Asimismo, al intervenir en un debate ministerial, señaló las implicaciones del alza del nivel del mar para la paz y la seguridad internacionales, pues de no actuar rápido el mundo se enfrentará a consecuencias impensables.
Guterres advirtió del riesgo de un éxodo de proporciones bíblicas, pues el nivel del mar se incrementará significativamente, incluso si el calentamiento global se limita a 1,5 grados Celsius.
El aumento del nivel del mar amenaza a casi 900 millones de personas que viven en zonas costeras bajas, alerta el secretario general de ONU, @antonioguterres.
El Maula Loa, ubicado en la isla de Hawái, no entraba en erupción desde 1984 y en esta ocasión empezó su actividad el pasado 27 de noviembre. Foto: PL.
Científicos cubanos descartan por el momento peligros para el país debido a la emisión de dióxido de azufre provocada por la erupción del volcán hawaiano Mauna Loa (Montaña grande), informó hoy el Citma.
Según señaló el Observatorio Geodinámico del Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas (Cenais) del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma), aunque no amenazan de manera directa a los habitantes, las emanaciones presentan altos niveles de concentración en las capas altas de la atmósfera del Golfo de México y la región occidental del país.
Expertos del Cenais consideran que la situación debe ser evaluada por las autoridades medioambientales cubanas, por las posibles afectaciones que pueda causar a la salud humana y otras como lluvias ácidas, aspectos que se están evaluando en otros países donde está llegando este gas proveniente del volcán.
Un Aviso Especial del Centro de Contaminación y Química de la Atmósfera del Instituto de Meteorología dio a conocer que se realiza un pronóstico semanal utilizando las salidas del modelo global de Calidad del Aire Silam, perteneciente al proyecto Copernicus.
Indicó que hasta ahora no se detectan sobre Cuba concentraciones en superficie del dióxido de azufre que supere la concentración máxima admisible de 45 microgramos por metro cúbico en 24 horas, según la norma cubana NC 1020:2014.
Los gases volcánicos, principalmente dióxido de azufre, se concentran en los alrededores del cráter y los respiraderos del volcán.
Estos pueden llegar a combinarse con otras partículas del ambiente y formar niebla tóxica conocida como “vog”, que puede extenderse en toda la isla del Pacífico e incluso llegar a otras zonas del estado.
La exposición a esta niebla tóxica puede provocar ardor ocular, dolores de cabeza y garganta, y para aquellas personas que tienen asma u otros problemas respiratorios podría ser de importancia médica.
Así lo afirmó Elba Rosa Pérez Montoya, ministra cubana de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, al intervenir en el Segmento de Alto Nivel de la COP 27, que sesiona en Egipto
Las raíces del problema climático global están en el sistema capitalista, responsable de un modelo de desarrollo depredador y consumista.
Así lo afirmó Elba Rosa Pérez Montoya, ministra cubana de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, al intervenir en el Segmento de Alto Nivel de la cop 27, que sesiona en Egipto.
Aseveró que lo que está ocurriendo tiene un impacto en la ética y estética del planeta, y, como consecuencia de los eventos meteorológicos extremos que desencadena, fallecen personas, se destruyen ciudades, tradiciones, se afectan la memoria histórica y la seguridad alimentaria y energética de las naciones, lo cual daña la sicología de las personas.
Estas vulnerabilidades, denunció, se agravan en Cuba por el cruel e injusto bloqueo económico, comercial y financiero del Gobierno de Estados Unidos.
Pérez Montoya enfatizó en que peligran el desarrollo sostenible en el mundo, la erradicación de la pobreza y la subsistencia del hombre; por lo que urge entender que la solidaridad climática es dejar de actuar por intereses económicos individuales, pensar en los que pierden condiciones de vida y cambiar patrones de consumo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó hoy que unos siete millones de personas mueren cada año de forma prematura en el mundo debido la contaminación del aire.
Ese flagelo también provoca enfermedades a millones más y cuesta billones de dólares, expresó Maria Neira, directora del Departamento de Salud Pública y Medio Ambiente de la OMS en una entrevista con el diario egipcio Al Ahram.
La funcionaria participa en esta ciudad en la 27 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27).
Uno de nuestros objetivos en la COP27 es resaltar la conexión entre el cambio climático y nuestra salud, subrayó.
Hasta ahora, la narración sobre el tema ha sido sobre los impactos negativos en los osos polares o los glaciares del planeta, pero tramamos de mostrar también el daño a nuestros pulmones y la salud humana en general, subrayó.
Neira precisó que “cuando el aire está contaminado con pequeños elementos y óxidos, pasa del pulmón a la sangre y luego a cualquier parte del cuerpo”.
La contribución de la dieta a las emisiones de gases de efecto invernadero es real, y cambiar a una basada en plantas en lugar del consumo de carne tendría un impacto positivo en el planeta, estimó.
Asimismo, insistió en la necesidad de cumplir el Acuerdo de París, que prevé limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 grados.
Los expertos consideran que, si un solo reactor de la planta filtrase un 25 % de material radioactivo, los efectos llegarían a Dinamarca, Suecia y Noruega
Para el doctor en Ciencias Filosóficas Mario Antonio Padilla Torres, investigador del Centro de Investigaciones de Política Internacional y estudioso de los temas de Europa del Este y de las antiguas repúblicas de la URSS, el bombardeo a las áreas aledañas a la planta nuclear de Zaporozhye, en Ucrania, tiene una razón estratégica para las potencias occidentales.
La agencia Russia Today divulgó que, producto de los constantes bombardeos y, para evitar un accidente, se desconectó la sexta unidad de esa planta, situada a orillas del río Dniéper, a unos 550 kilómetros al sudeste de Kiev, lo cual afecta a la población beneficiada con esa energía.
La instalación fue construida en los años 80 del siglo pasado y, según los especialistas, puede producir hasta 6 000 megawatts, lo que la convierte en la mayor central nuclear de Europa y la tercera del mundo.
«Sobre el tema, los países occidentales se manifiestan con doble rasero. Por una parte, Europa está preocupada por los posibles impactos apocalípticos que puedan tener sus Estados ante una explosión de la central nuclear, y, por otra parte, abogan por sanciones hacia Rusia, tomando al Gobierno ucraniano como escudo, en tanto le siguen suministrando armamento de alto poderío y precisión», sostiene el investigador.
Destaca que Estados Unidos y Reino Unido mantienen su condición de que, si Rusia atenta contra cualquier país perteneciente a la OTAN, entonces se aplicaría el Artículo 5 del bloque militar, que consagra el principio de defensa colectiva; lo que significa que un ataque a un miembro se considera un ataque a todos los miembros.
Sobre las posibles consecuencias de una explosión en Zaporozhye, existen tres escenarios: uno sería la gran catástrofe nuclear con todas sus implicaciones para el país y territorios aledaños; «el segundo, desviar el poder a la península de Crimea, es decir, a la zona controlada por Rusia; y el tercero, mantener a raya a Ucrania, ya que la central suministra cerca del 20 % de las necesidades energéticas de la nación», precisó el investigador.
Añade que, si una bomba cayera de alguna manera en el revestimiento del núcleo, el reactor podría resultar dañado.
Ante la posible amenaza de una avería por bombardeos, tanto el Ministerio de Defensa de Rusia como el Instituto Hidrometeorológico ucraniano han elaborado mapas que muestran qué países podrían verse afectados si finalmente la central explota.
El mapa ruso señala a Polonia, Alemania y Eslovaquia como los principales países golpeados por la radiación. Se suman Rusia, Ucrania, Bielorrusia, Moldavia, Lituania, Letonia, Estonia, Polonia, Rumanía, Serbia, Hungría y la República Checa.
Los expertos consideran que, si un solo reactor de la planta filtrase un 25 % de material radioactivo, los efectos llegarían a Dinamarca, Suecia y Noruega.
«La diplomacia debe tomar el mando. Son impredecibles los resultados. No es alarmismo, solo hay que llamar a la cordura», sentenció el investigador.
El Ministerio de Defensa de Rusia informó hoy que EEUU pretende transferir los programas de armas biológicas de Ucrania a Europa del Este y a los países del espacio postsoviético.
“El Pentágono tiene la intención de transferir lo antes posible los programas inacabados en Ucrania a otros países postsoviéticos, así como a estados de Europa del Este como Bulgaria, la República Checa y los Estados bálticos” , dijo el jefe de las fuerzas de defensa radiactiva, química y biológica del Ejército ruso, el general Ígor Kirílov.
Agregó que a diferencia de las armas nucleares que EEUU despliega en el territorio de los países socios de la OTAN, esta política de la alianza en el ámbito biológico le permite acercarse a nuestras fronteras sin control”.
El oficial confirmó el carácter amenazador del programa militar-biológico de Estados Unidos, disfrazado de propósito pacífico, tanto para Rusia como para toda la comunidad mundial.
Corea del Norte ha acusado a Estados Unidos de fabricar armas biológicas en Ucrania, haciéndose eco de una afirmación rusa de que Estados Unidos está utilizando laboratorios en Ucrania para desarrollar armas biológicas.
El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Wang Wenbin, ha respondido con total rechazo a la reciente decisión del regulador nuclear de Japón de aprobar el controvertido plan para verter al océano Pacífico más de un millón de toneladas de agua radiactiva almacenada en la planta nuclear de Fukushima.
«La eliminación de agua contaminada con energía nuclear en Fukushima podría afectar el medio ambiente marino mundial y la salud pública de los países de la costa del Pacífico. De ninguna manera es un asunto privado de Japón», declaró Wang, agregando que el país nipón «seguramente pagará el precio de su comportamiento irresponsable y dejará una mancha en la historia» si insiste en «anteponer sus propios intereses al interés público de la comunidad internacional».
El agua, que fue utilizada para enfriar los reactores del complejo nuclear de Fukushima tras el accidente de 2011, fue tratada mediante el Sistema Avanzado de Procesamiento de Líquidos (ALPS) y se liberará a alrededor de un kilómetro de distancia de la costa, proceso que se espera comience en 2023 y tarde unos 30 años en completarse.
Aunque el sistema de filtrado ALPS reduce la contaminación radioactiva, el tratamiento actualmente no puede eliminar la presencia de tritio. Esto ha provocado una fuerte oposición por parte de los sindicatos de pescadores de la región, que temen un impacto medioambiental y económico negativo. Además de China, otros países vecinos han expresado su preocupación, como Rusia y Corea del Sur.
El accidente de Fukushima se produjo después de que un terremoto de magnitud 9,0 y un tsunami azotaran la región donde se ubica la planta, ocasionando el peor desastre nuclear desde el de Chernóbil, ocurrido en 1986.