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Pasarán los años y este juego seguirá emocionando a argentinos, franceses y aquellas personas que disfrutan del fútbol como un juego pasional

¿Qué final vimos en la Copa del Mundo Catar-2022? La mejor en la historia de los mundiales, con dos equipos que dejaron la vida por ganar el trofeo. Desde el punto penal cualquiera puede imponerse, y en esa instancia Argentina tuvo la sangre más fría para proclamarse tricampeona, al marcar cuatro goles desde los 12 pasos por dos de Francia. Vimos el partido del siglo XXI.
Mereció el encuentro definirse en 120 minutos, pero los dioses del fútbol no tuvieron valor para premiar a gauchos o galos y dejaron que la lotería de los penales se encargara de escoger al campeón. El arte del fútbol está salvado: Lionel Messi se consagró como uno de los tres mejores de la historia, junto a Pelé y Maradona, y su relevo está garantizado con Kylian Mbappé, quien va camino a la gloria.
Un 3-3 vibrante, épico, de infarto, pongámosle el calificativo más extraordinario que existe. Ni el más encumbrado libretista de novelas o películas pudo escribir mejor guion para ese partido. Pasarán los años y este juego seguirá emocionando a argentinos, franceses y aquellas personas que disfrutan del fútbol como un juego pasional.
Una primera mitad totalmente albiceleste se saldó con un 2-0 parcial, gracias a los tantos de Messi (23´) y Ángel Di María (36´). Para la polémica quedará el primer tanto de Lionel, al decretarse un penal inexistente, pues el manotazo de Dembélé a Di María no llevó la suficiente fuerza para derribarlo. El segundo gol: un contragolpe de libro, con velocidad, verticalidad y pocos toques al balón. De Francia no hubo noticias, no se inmutaron con el marcador en contra hasta varios minutos después, Argentina los había anestesiado.
Pero al campeón hay que derrotarle con contundencia, y Argentina no encontró nunca la fórmula para cerrar el choque, y dejó que los franceses revivieran con par de remates de Mbappé (80´p y 81´), el segundo fruto de una volea espectacular.
Los cambios del entrenador Didier Deschamps les dieron oxígeno a los europeos y mostraron su grandeza. Si jugaran con intensidad en todo momento, serían una máquina imparable, pero no se han percatado de toda su potencialidad y varían constantemente su ritmo de juego. Jugar así: medio relax, medio en serio puede tener sus costos y ello, este domingo, les pasó factura ante un contrincante batallador y sediento de gloria.
Con el 2-2 llegó el tiempo de la prórroga y Lionel Messi sacó su mejor versión. Fue imparable, no mostró signos de cansancio y tomó la pelota, una y otra vez, para desequilibrar en un duelo que ya era dramático. Al minuto 109 se encontró con el balón, tras un rechace en el área pequeña y solo tuvo que empujarla.
Parecía que era todo y no había más, pero Francia fue digno rival. Logró generar otra llegada que se pitó con una infantil mano del lateral Gonzalo Montiel. Ahí estaba Mbappé para hacer historia y cobró con acierto el penal, al 118. El astro parisino terminó con ocho goles el mundial (líder) y marcó hat-trick en la final. Solo el inglés Geoff Hurst había alcanzado un triplete en el partido de la disputa del título en 1966. Mbappé es un crack.
Si el galo es un fenómeno que aún no ha dado su máximo potencial, ¿qué decir de Messi? Borró, con su brillante actuación en Catar, las críticas que arrastró con la selección argentina por más de diez años. Toda comparación con futbolistas que no se llamen Pelé o Maradona es estéril. Es así de sencillo y contundente.

Con el 3-3 hubo más en el minuto final. El portero argentino Emiliano Martínez hizo una parada brutal al remate de Kolo Muani. En la salida de esa jugada, los sudamericanos tuvieron la sentencia a su favor, pero Lautaro Martínez cabeceó desviado cuando estaba solo, a par de metros de la portería. El delantero del Inter de Milán fue el punto más bajo en el equipo campeón.
El fútbol dio revancha a Montiel, villano minutos antes por su infracción. El entrenador Lionel Scaloni le confió tirar el cuarto penal y con él patearon esa pelota hacia el firmamento 47 millones de argentinos y millones más de aficionados de la albiceleste.
El héroe de la final pudo ser Messi, Di María, De Paul, Mac Allister, pudieron ser todos, pero el portero «Dibu» Martínez sostuvo a su selección cuando Francia parecía arrebatarle la dorada copa.
Una canción tiene Argentina que sus aficionados han pegado en este Mundial. Una parte de la letra dice: «…ya nos volvimos a ilusionar…». Hoy la ilusión se hizo realidad y son tricampeones mundiales, con Maradona eufórico, disfrutando hasta el delirio, desde otra dimensión, al ver a su nación ser la dueña del más grande de los premios del fútbol.
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