La imagen de Ernesto Guevara de la Serna ha sido, es, motivo de inspiración para muchísimos artistas cubanos y de otras nacionalidades. Eso pasa con las personas que se erigen en mitos, en símbolos, en referencias universales. La particular visión de cada creador nos ha devuelto un Che disímil, idealizado por momentos, por momentos abordado desde un realismo decidido, con el vuelo metafórico, con implicaciones filosóficas y políticas. No se debería confundir la persona, la personalidad y el personaje, pero el artista no se detiene en esas consideraciones, más bien pragmáticas. El Che alumbrado por las artes responde a impulsos y compromisos que no se pueden uniformizar, que pueden llegar a ser, incluso, contradictorios; el arte, se sabe, es ámbito de absolutas subjetividades.
¿Por qué el Che ha sido objeto de tantas recreaciones artísticas? Primero que todo, por su peculiar estatura romántica. Para muchos de nosotros, el Che es el héroe idealista… que al mismo tiempo lucha por concretar esas utopías. Hay en su itinerario vital, revolucionario, numerosos hitos, que le dan color y grandeza a su historia personal. No era una persona simple: anidaban en él conflictos y lidias, en permanente ebullición. Su sentido de la ética, del deber, no le permitía la observación distante de los problemas del mundo. Algunos creen que era un soñador; otros, un loco. Lo cierto es que enfrentó desafíos que la mayoría de las personas no se plantearían, sin detenerse ante lo titánico del esfuerzo. Todo por el convencimiento de que la superación, la plena dignidad del hombre, era, más que sueño, posibilidad cierta. Puede que algunos no compartan esa visión de la vida, pero merece respeto. De ahí que muchos artistas lo consideren un Quijote del siglo XX.
Otra razón: la belleza del referente. No es una razón menor, mucho menos si hablamos de arte. La imagen del Che era (es) poderosa, muy plástica, empática. Basta con ver el más célebre de sus retratos, el que le hiciera Korda, ese que se ha convertido en uno de los íconos más reproducidos y versionados del mundo. Imanta esa mirada, esa expresión; inquietan, seducen. Los rasgos armoniosos redondeaban esa apabullante personalidad. Por eso el concepto, la ideología, la dimensión histórica, van acompañados de una visualidad contundente.
Pintura, fotografía, diseño, música, danza, teatro, literatura, cine, televisión… Ernesto Che Guevara es una presencia recurrente. Y la profundidad de su pensamiento y su abultadísima hoja de ruta reservan siempre nuevas aristas a los artistas e intelectuales. Al final, estamos hablando también de un símbolo cultural. Por eso, aunque no solo por eso, sigue motivando tantos debates y homenajes.
Desde el corazón de quienes lo amamos, el Che sigue intacto en su vitalidad poética, orfebre, artesano, artista en levantar con su vida y obra el paradigma del terrícola que necesita este planeta para que sea amorosamente vivible.
Cuando me indigno con los ingnorantes y canijos que pretenden minimizar su estatura humana y su legado, recuerdo al Marti sabio y radical: «los pueblos no están hechos de los hombres como debieran ser, sino de los hombres como son; y las revoluciones no triunfan y los pueblos no se mejoran si aguardan a que la naturaleza humana cambie; sino han de obrar conforme a la naturaleza humana y de batallar con los hombres como son o contra ellos».
El Che hizo suya esa máxima martiana al emprender la lucha armada, pero también al estimular el estudio, el conocimiento, la ciencia como base para comprender el mundo y transformarlo, como sustento para crear una consciencia emancipadora, porque el batallar con los hombres como son implica contribuir a su discernimiento sobre los males que los aquejan y recurrir a la pedagogía del ejemplo en la cual el Che fue maestro.
El hermoso homenaje en Santa Clara fue la celebración de su existencia,la gratitud cantada a su ejemplo de invencible poeta de la esperanza levantada desde el arduo trabajo y el amor a los sueños de dicha para todos, defendido con la propia vida.
Todos esos jóvenes en el escenario son frutos también de los desvelos del Che, esas buenas interpretaciones musicales, danzarias, ese espectáculo bien concebido es tributo a su sensibilidad y devoción por un mundo de justicia y belleza para todos.
En esos cientos de jóvenes ayudando a reconstruir en el alma y el paisaje lo destruido por el huracán, en esos linieros valientes y laboriosos frente al riesgo, en esos hombres y mujeres humildes que no se dejan abatir por el golpe sufrido en tierras arrasadas, están las esencias de ese ser humano generoso, corajudo, solidario, trabajador, valores de ese hombre nuevo que soñó el Che, imprescindibles para lograr el bienestar espiritual y material y dejar atrás los atavismos bestiales que conspiran contra la felicidad posible.
Y, si, como expresó Aylin, la muchacha que encabeza a los jóvenes comunistas, en esas semillas de bondad fructificadas en tiempos tan cruentos vive imbatible el Che y le gana la partida a la desidia, al pesimismo, a las malas influencias, a esos que atacan con vulgaridad excecrable a los continuadores, quienes enfrentan las peores circunstancias internas y externas.
No somos tan parecidos al Che como deberíamos y necesitamos, pero no nos hemos cansado de cultivar las semillas que dejó en una tierra de la que se sintió hijo, en cuyas buenas gentes encontró arcilla para modelar sus sueños de redentor, redentor que nunca ha podido ser crucificado, porque habita eterno en lo mejor del alma cubana y de tantos terricolas que lo llevan como estandarte vencedor en sus batallas por una existencia digna.
A pesar de este mundo que involuciona irracional, tus certezas iluminan amado Ernesto Che Guevara. Tu victoria sigue galopando en Rocinante con la adarga al brazo.
El combatiente internacionalista Luis Monteagudo expresó hoy en esta central provincia de Cuba que su jefe en la guerrilla del Congo, Ernesto Che Guevara, fue muy exigente, pero extraordinariamente humano.
#CheVive
#HastaLaVictoriaSiempre
Con el seudónimo de Angalía, Monteagudo formó parte del grupo de guerrilleros cubanos, la mayoría de tez negra, que al mando del comandante Guevara fueron hasta Zaire (actual República Democrática del Congo) a preparar una guerrilla de liberación nacional a solicitud de los dirigentes africanos.
“En este aniversario 55 del asesinato del comandante Guevara en la Higuera, Bolivia, en 1967, lo primero que me viene a la mente es que el Che nos hace mucha falta, porque a él era muy difícil engañarlo. Y, además, él tenía una filosofía: confía, pero controla”, narró.
Acentuó Monteagudo que los recuerdo de Tatu (seudónimo del Che en la guerrilla del Congo) son imperecederos:
“La exigencia que él tenía a todos nos gustó, pues empezaba por exigirse el mismo”, y luego agrega:
“Dentro de su exigencia tenía la costumbre de amonestarte cuando cometías una indisciplina, pero al minuto de haberte regañado, te tiraba la mano por el hombro y tú sentías el calor humano con que te persuadía”, destacó.
Reveló que al Che Guevara le gustaba, cuando lo había, fumarse un tabaco en las horas de asueto.
“Era fumador igual que yo. Él sabía que yo fumaba tabaco, entonces encendía uno delante de mí y me miraba con picardía, y al ratico me decía: “Toma Angalía”, luego se echaba a reír.
Descubre que el Che repartía los tabacos, pero lo apuntaba en una libretica.
“Tenía la costumbre de que él te daba un tabaco y anotaba la hora y el día. Si le volvías a pedir sacaba el papelito y te decía: “Mira tal día y tal hora te di uno. Cuando virabas la espalda apenado te llamaba y te daba otro”, evocó el excombatiente.
El octogenario Luis Monteagudo, desde su vivienda en esta ciudad al centro de Cuba, expresó que el Che Guevara promulgó que estaba dispuesto a dar la vida por la libertad de cualquier pueblo del mundo y lo cumplió.
“Nosotros debemos seguir el camino que él nos trazó: Luchar contra el imperialismo donde quiera que este”, afirmó.
Hoy es el día del guerrillero heroico, de la caída en combate del Comandante Ernesto Che Guevara, ordenada por los EEUU. 55 años han pasado y el Che allí está, combatiendo siempre, viviendo siempre, muriendo jamás. «…Si queremos un modelo de hombre, un modelo de hombre que no pertenece a este tiempo, un modelo de hombre que pertenece al futuro, ¡de corazón digo que ese modelo sin una sola mancha en su conducta, sin una sola mancha en su actitud, sin una sola mancha en su actuación, ese modelo es el Che! Si queremos expresar cómo deseamos que sean nuestros hijos, debemos decir con todo el corazón de vehementes revolucionarios: ¡Queremos que sean como el Che!…».
Para seguirte, Che, somos mayoría. En días en que el trabajo y la virtud son escudo ante el dolor y la infamia, llegas tú de pie, aportando, construyendo, levantando, junto a los que fundan, los techos y el porvenir
A 55 años de procurar tu muerte, que no logran consumar, que es más vida mientras peor anda el mundo, te sales de los tantos versos en que te has erigido, por inspiración inapagable de los bardos.
Te escapas de las canciones, que son tantas y tan hondas; y pasas, arremolinado, al doblar de sus acordes. Tus ojos atentos no quieren el descanso. Te niegas a las quietudes incluso cuando, firme, te sostiene la Historia.
De la escultura te mueves, abandonas la piel del metal, del mármol, de la piedra. No eres la imagen atrapada y fija. Es eterno tu bregar. No hay modo de evadir tu agitada estampida.
Los cuadros donde está tu rostro, esos que acompañan un aula, un centro laboral, y hasta alguna casa, perciben que has salido, que sabes lo tanto que hay que hacer. Hoy no te quedas en centros y organizaciones que resguardan tu ejemplo inextinguible. Ya agitas el paso desde los libros infinitos que recogen tu vida y tu obra de brillante economista.
Sin jamás abandonar(la), te nos bajas de la Plaza. Lo alcanzas todo y llevas prisa. Colmada de proyectos, tu isla patria afronta, a lo David, duras batallas y resiste brutales embestidas. Con ella vas, Quijote de honesta compostura.
Sin jamás abandonar, se te ve avanzando junto al pueblo, tu estado natural, donde mejor respiras. No todos pueden verte, ya se sabe, tampoco comprender que tú, «que te quedabas ya para semilla de cosas y de años» estarías «donde nunca jamás se lo imaginan».
Para seguirte, Che, somos mayoría. En días en que el trabajo y la virtud son escudo ante el dolor y la infamia, llegas tú de pie, aportando, construyendo, levantando, junto a los que fundan, los techos y el porvenir.
Entrevista a la hija de Ernesto “Che” Guevara realizada por la agencia Sputnik.
La pediatra alergóloga Aleida Guevara es consciente de la histórica relación que tienen México y Cuba, así como la importancia de este vínculo en el surgimiento de la Revolución Cubana que marcó un hito en la historia de Latinoamérica a principios de la década de los 60.
Aleida Guevara fue una de las invitadas especiales del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, a la ceremonia del Grito de Independencia, este pasado 15 de septiembre. «Muy honrada y orgullosa de poder estar aquí y poder ver este acto de belleza y fuerza de México. Eso de recordar tu grito de independencia y practicarlo la verdad a mí me parece fantástico», afirma la hija mayor de Ernesto Che Guevara.
Al dicho acto también fueron invitados los expresidentes de Bolivia y Uruguay, Evo Morales y José Mujica: la presencia de algunas de las figuras de la izquierda latinoamericana más importantes de los últimos años en esta tradicional y simbólica ceremonia se da en un contexto en el que México mantiene una postura de autonómica frente a la política de Estados Unidos, principalmente en lo que se refiere al manejo de industrias como la eléctrica o por el llamado del presidente López Obrador a terminar con el bloqueo económico contra Cuba.
“Yo creo que el valor de un ser humano es algo a tener en cuenta. Estamos hablando del presidente de un país que tiene frontera con EEUU, que tiene además un tratado de libre comercio con EEUU y que se puede ver muy afectado por EEUU y tiene el valor de decir lo que piensa. Y eso hay que respetarlo siempre […]. Valores admirables, la coherencia, lo que se dice y se hace es muy importante para nosotros, y el presidente mexicano lo ha dicho, lo ha hecho, y lo ha llevado a la práctica», opina la doctora alergóloga cubana.
A pesar de que en EEUU ya advierten el avance de la izquierda en América Latina, una que cuestiona y desafía su hegemonía política, cultural y económica, «es un imperio que domina sobre todo la propaganda internacional, manipula la información, tiene el poder para hacerlo y eso nos hace mucho daño».
«Por eso toda la propaganda primero contra Hugo Chávez y ahora con el presidente Maduro. En Europa tú vas y hablan horrores. Y tú dices, ¿por qué? Porque EEUU se siente lastimado económicamente, y eso es suficiente para que traté de virar el mundo contra estos gobiernos que de alguna manera son dignos», sostiene Aleida Guevara.
EEUU es poderoso, pero torpe
Cuba conoce bien el poder de la propaganda estadounidense, pero, además, durante 60 años han sido testigos de cómo EEUU utiliza el mercado para someter a los pueblos que deciden ejercer su autonomía y explotar, en su propio beneficio, sus recursos naturales.
«Cada vez que surge un gobierno que pueden llamarle como quieran, de izquierda o con tendencias socialistas, ese gobierno que respeta a su pueblo, que lucha por el bienestar de su pueblo, ya inmediatamente está en contra de EEUU. Porque ellos han tratado de explotar nuestros recursos históricamente, de llevarse toda nuestra riqueza», aseveró.
Sin embargo, pese a la propaganda y el bloqueo económico, Cuba ha encontrado en la dignidad su fortaleza para hacer frente a las vicisitudes del mundo actual, incluso consiguiendo ser el único país latinoamericano en fabricar dos vacunas contra la COVID-19, «siendo un país del tercer», no reconocidas por las autoridades sanitarias estadounidenses. «¿Cómo logramos eso? Por inteligencia, perspicacia, seguridad. Porque las empresas que están haciendo esta vacuna no están peleando por dinero, se pueden pelear para ver quién lo hace mejor para su pueblo, pero únicamente y exclusivamente eso, además somos compañeros, nos apoyamos unos a otros. Esa es la única competencia que podemos tener dentro del país, ver quién sirve mejor a su pueblo», enfatizó.
Aunque la hija mayor del revolucionario cubano considera que figuras como su padre, o el propio comandante Fidel Castro, «nace uno cada siglo», reconoce a quienes «permanecen, los que siguen luchando», y a aquellos que son «capaz de levantar su voz por otros».
Enfrentamiento entre Occidente y Rusia
La lucha entre dos bandos ideológicamente opuestos pareciera una situación atávica que ya sólo existe en los libros de historia, pero la polarización política se aceleró en el último año por el conflicto en Ucrania y las sanciones económicas contra Rusia que, además, exacerbaron una rusofobia manifiesta desde tiempos de la Guerra Fría.
“Son los tipos más tontos que yo he visto en mi vida, te lo digo sinceramente. Rusia no es ya la Unión Soviética, deberían tenerlos como amigos, como socios y son tan burdos, tan tontos, que se buscan enemigos. Porque además no conocen la historia del pueblo ruso», opina Aleida Guevara sobre las sanciones de EEUU y la Unión Europea, a quienes acusó de desconocer que «el pueblo ruso es por excelencia un pueblo de guerreros» y EEUU trata de «borrar la historia de un plumazo» adjudicándose, entre otras cosas, la victoria en la Segunda Guerra Mundial.
Para explicar mejor su posición, Guevara se remite a la crisis de los misiles del 1962, cuando EEUU acusó la amenaza de la URSS ante el envío de misiles a Cuba.
«Hoy están haciendo lo mismo en Ucrania, están dándole armas nucleares a un país que podría iniciar una guerra con otro país. Están armando las fronteras de Rusia. ¿Y tú crees que los rusos se van a quedar de brazos cruzados? Nunca, no lo van a permitir, no los van a encerrar jamás», subrayó.
«Nosotros no estamos en contra de los pueblos, estamos en contra de las guerras, pero reconocemos el derecho de Rusia de defender su frontera. Están en su derecho de defender su soberanía, su integridad como nación, pero además lo que está haciendo el ejército ucraniano contra los pueblos que han decidido ser independiente, los pedazos de territorio que dijeron que quieren ser independientes, es criminal», asevera.
La lucha de la Revolución cubana
Y es que, si existe una nación que conoce bien lo que implica estar en guerra económica con EEUU es Cuba, país que desde la década de los 60 está impedida a comerciar con firmas internacionales, ya que éstas corren el riesgo de ser sancionadas en EEUU, lo que ha dejado a la isla en una situación complicada para conseguir recursos y tecnología.
A esto se suma la lucha ideológica de un sistema capitalista que insiste en denostar el modelo socialista cubano, y que exalta cualquier manifestación que critique al Gobierno de la isla, como las manifestaciones de jóvenes organizadas en julio de 2021, y que llamaron la atención de medios internacionales.
«Esas manifestaciones, ¿quién las provocó? ¿La gente que vive en Miami y habla con la CIA? Es la que hace este tipo de estudios, nos pasó en Egipto, pasó en Yemen, nos pasó en Siria, pasó en el Líbano, en Libia. Han tratado de manipular hechos reales que vivimos, situaciones que vivimos, y han tratado de manipular eso con relación al pueblo», condenó.
¿El capitalismo y el neoliberalismo generan sociedades más violentas?
Para Aleida Guevara estas manifestaciones y la influencia desde el extranjero han tenido efecto, principalmente, en la juventud que «se han dejado confundir, se han dejado manipular» con una visión mercantilista que está lejos de la idiosincrasia cubana, acostumbrada a la competencia para el desarrollo de la nación, y no cómo un medio para el enriquecimiento individual.
Decía Carlos Marx: «El hombre piensa según vive», y si tú vives solamente para aumentar el tu nivel de vida y te olvidas del lugar en el que estás viviendo puede ser peligroso para la sociedad. En este sentido hay que trabajar mucho con estos compañeros, recordarles siempre que uno puede trabajar por cuenta propia pero el beneficio siempre debe ir para el pueblo», enfatizó.
Esta visión solidaria del pueblo cubano llevó a Aleida Guevara a Angola como una de las médicas integrantes de misiones internacionales, hoy criticadas por los colegios de médicos mexicanos que se mostraron indignados porque especialistas cubanos cubren las plazas más inseguras del país, aun cuando estas plazas no quieren ser ocupadas por mexicanos.
«Eso pasa en muchos países, los colegios médicos son muy reaccionarios. Son de gente de mucho dinero que trata de cuidar su clientela. Lo que no se dan cuenta es que para nosotros no son clientes, son pacientes. El médico realmente cuando empieza a estudiar medicina es como un sacerdocio, eres médico toda la vida debe estar al servicio del ser humano, no importa dónde esté, siempre tiene que ser así», explicó.
Guevara es contundente: «Se ha perdido mucho esa cosa inicial y hermosa de que el médico esté al servicio del ser humano» y mucho tiene que ver con que el dinero «compra mucho a la gente».
Por ello, Aleida Guevara impulsa la creación de los Centros de Estudios de Fidel Castro y Ernesto Guevara para reforzar sus ideologías en una juventud que, si bien no es ajena a estos personajes, podría profundizar más en ellos porque «son parte del proceso revolucionario».
Porque la revolución sigue, y próximamente enfrentará un proceso de referéndum en el que se busca aprobar un nuevo de Código de Familias que permita el reconocimiento de población cuyos derechos históricamente han sido negados, uno de los blancos favoritos de la crítica occidental.
«Un código espectacular, un código que incluye a toda la población cubana, un código de amor. Primero se defiende los derechos de los niños, de los ancianos, de las personas que dedican parte de su vida a cuidar a esos ancianos o a esos niños que tienen dificultades para integrarse a la sociedad. Se defiende el derecho de cualquier hombre y mujer sin tener en cuenta su sexualidad, a ser felices, a ser plenos como seres humanos», describió.
Aleida Guevara concluye la charla con una sonrisa. A paso lento se aleja a su habitación mientras se prepara para participar en un aniversario más de la lucha mexicana contra el colonialismo español, encabezado por un presidente que ha sido criticado por la oposición por exigir una disculpa de la corona española como un acto de reivindicación de la dignidad del pueblo mexicano.
«Hay cosas que no se pueden perder, y una es la dignidad, es verdad que la dignidad no te da comida, es verdad que tampoco te da dulces. Pero, ¿qué haces llenándote la panza si no tienes dignidad para vivir? ¿De qué te sirve también eso? El pueblo cubano es un pueblo que aprendió hace muchos años a vivir con dignidad, y eso no nos los quita nadie», concluyó.