La delegación cubana, junto al Consorcio Global del Cerebro, representado por su codirector Pedro A. Valdés-Sosa y Jorge Bosch Bayard, coordinador del programa de electroencefalograma, tuvo una destacada participación en el 32 Congreso Internacional de Neurofisiología Clínica, celebrado en Ginebra, Suiza, del 4 al 8 de septiembre
La delegación cubana, junto al Consorcio Global del Cerebro (GBC), representado por su codirector Pedro A. Valdés-Sosa y Jorge Bosch Bayard, coordinador del programa de electroencefalograma (EEG), tuvo una destacada participación en el 32 Congreso Internacional de Neurofisiología Clínica, celebrado en Ginebra, Suiza, del 4 al 8 de septiembre.
De acuerdo con información del Grupo Empresarial BioCubaFarma, como resultado del evento, se logró un acuerdo histórico entre la Federación Internacional de Neurofisiología Clínica (IFCN) y el GBC para desarrollar, en los próximos cuatro años, el uso del electroencefalograma cuantitativo, para el diagnóstico temprano del Alzheimer.
Destacó la entidad que el stand donde fueron expuestos los resultados del GBC y de Cuba contó con amplia presencia de los delegados, que mostraron gran interés.
Asimismo, los especialistas cubanos impartieron cursos en el Congreso y fueron coordinadores de dos Simposios organizados por el GBC sobre análisis cuantitativo del EEG en salud pública, ejemplos de América Latina y sobre la Neurofisiología en la Nube, dedicada a compartir datos y programas.
La delegación cubana presentó, además, trabajos sobre el Audix (una herramienta desarrollada por Cneuro para el pesquisaje temprano de trastornos auditivos) y el uso de la estimulación eléctrica transcutánea para el tratamiento de la epilepsia.
Este Congreso Internacional es el evento oficial de la Federación Internacional de Neurofisiología Clínica, que agrupa más de 60 sociedades de distintos países y a decenas de miles de especialistas en todo el mundo.
Roberto Rodríguez, director adjunto de Cneuro, representó a la Sociedad Cubana de Neurofisiología Clínica en su Asamblea General.
El diseño por médicos cubanos de un craneótomo, empleado en intervenciones intracraneales en edades pediátricas, contribuye hoy a paliar los perjuicios ocasionados en los servicios asistenciales de Cuba por el bloqueo de Estados Unidos.
El desarrollo de la herramienta, cuyo fin es facilitar el acceso a la cavidad craneana y llegar hasta el cerebro sin riesgo para el paciente, fue posible gracias al uso de un motor eléctrico pequeño y de alta velocidad, al que le fue adicionado un complemento que permite taladrar el hueso, declaró al diario Granma una de sus gestores.
Según afirmó el doctor Ángel Camacho, neurocirujano del hospital pediátrico José Luis Miranda, de la central Villa Clara, dicho instrumento, que facilitó las cirugías a más de 400 niños de la región central de Cuba, es el más empleado en la neurocirugía pediátrica pues cerca del 90 por ciento de las intervenciones vinculadas con esa especialidad son intracraneales.
Asimismo, refirió la fuente, la creación de una extensión al mismo equipo permite operar a pequeños menores de un año que sufren enfermedades muy frecuentes como la craneosinostosis, un defecto de nacimiento en el cual los huesos del cráneo se cierran prematuramente.
Camacho aseguró que, hasta la fecha, menores de la región central desde Matanzas hasta Ciego de Ávila han sido beneficiados gracias a la innovación.
Los servicios sanitarios en Cuba constituyen uno de los más afectados por el bloqueo que por más de 60 mantiene Estados Unidos contra la isla.
Acorde con cifras divulgadas recientemente por el Ministerio de Salud Pública, solo entre abril de 2018 a marzo de 2019, el daño ascendió a 104 millones 148 mil 178 dólares, cifra que supera en seis millones 123 mil 498 dólares a la del año anterior.
Integrado en la actualidad por más de 150 investigadores y académicos de 23 países y distintas organizaciones internacionales, entre ellas la Organización Mundial de la Salud (OMS), en su comité de dirección participan reconocidos expertos de los proyectos del cerebro de Estados Unidos, Canadá, la Unión Europea y China
El doctor Pedro Valdés Sosa es el jefe del Proyecto Cubano de Mapeo Cerebral Foto: Cortesía doctor Pedro Valdés
Muestra fehaciente del prestigio internacional alcanzado por Cuba en el campo de las Neurociencias, el doctor en Ciencias Pedro Valdés Sosa, jefe del Proyecto Cubano de Mapeo Cerebral y Director del Laboratorio Conjunto China Cubano de Neurotecnología, lidera, junto al doctor Alan Evans, del Instituto Neurológico de Montreal, Canadá, el Consorcio Global del Cerebro (Global Brain Consortium, GBC en inglés), creado en 2019.
Integrado en la actualidad por más de 150 investigadores y académicos de 23 países y distintas organizaciones internacionales, entre ellas la Organización Mundial de la Salud (OMS), en su comité de dirección participan reconocidos expertos de los proyectos del cerebro de Estados Unidos, Canadá, la Unión Europea y China.
El GBC tiene el propósito principal de poner a disposición de las naciones en vías de desarrollo diferentes tecnologías de neuroimágenes accesibles por su bajo costo, fácil transportación y no invasivas, como el electroencefalograma, además de poner al alcance de estas los sistemas de análisis y procesamiento de datos más avanzados.
Según indicó a Granma el doctor Pedro Valdés Sosa, en sus tres años de labor el GBC asumió la ejecución de proyectos investigativos dedicados a Normas Globales del electroencefalograma, Malnutrición, Biomarcadores para la enfermedad de Parkinson y el Alzheimer, Neurodesarrollo infantil y la Covid-19 y su efecto sobre el cerebro.
Con relación al último tema mencionado, el Centro de Neurociencias de Cuba (Cneuro), que está integrado al Consorcio Global del Cerebro, efectuó un estudio enfocado a determinar el efecto de una Covid prolongada, sobre la actividad cerebral.
A nivel mundial, las investigaciones del cerebro se concentran en los países altamente industrializados porque disponen de las tecnologías de última generación y de abundantes recursos económicos, de ahí que Cuba constituya una meritoria excepción dentro de ese contexto.
Las jornadas por el Día de la Ciencia Cubana se extenderán hasta el próximo mes de abril, lo que evidencia la impronta de la efeméride establecida en 1990 en virtud del legado del Comandante en Jefe Fidel Castro.
El hecho de mayor relevancia de su programa es que La Habana es sede del acto central por la memorable fecha, el próximo sábado 15, que obtuvo de nuevo por sus relevantes resultados científicos, tecnológicos e innovadores.
Autoridades del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA) anunciaron que sus actividades nacionales incluyen este mes la ceremonia de entrega de premios y reconocimientos: la Orden Carlos J. Finlay, máxima distinción del Gobierno cubano a nacionales y extranjeros por sus aportes al desarrollo de la ciencia en beneficio de la humanidad.
También el Premio Nacional de Innovación y los Especiales, de todos los
cuales salen los que otorga la Academia de Ciencias de Cuba (ACC) a los resultados de la investigación científica.
Además, un taller de intercambio con las Sociedades Científicas y su contribución, otro relacionado con la Ciencia Joven por el desarrollo sostenible y el encuentro de la ACC por la jornada como tal.
De acuerdo con la propia fuente, en febrero está prevista la reunión de la Comisión Nacional de Categorías Científicas y las de Tecnológicas, y la organización de un taller para la presentación del Informe de la Organización de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
Para abril, acto de entrega de los Premios CITMA a Estudiantes Investigadores, Jóvenes Investigadores y Jóvenes Tecnólogos.
Igualmente, de febrero a abril, actos y reconocimientos en provincias y talleres de socialización de experiencias en los Consejos Técnicos Asesores y Científicos.
Las provincias de Matanzas y Villa Clara obtuvieron la condición de Destacadas en esta especie de emulación por el acto nacional del Día de la Ciencia Cubana, instituido en 1990, tres décadas después de que el Comandante en Jefe Fidel Castro esbozara las bases de la política de formación humana y desarrollo profesional-científico del país.
Esta herramienta, desarrollada por el Centro de Neurociencias de Cuba, tiene como principal propósito detectar, lo antes posible, cualquier padecimiento auditivo o visual en los recién nacidos
A diferencia de otras tecnologías similares en el mundo, Infantix incorpora entre sus funciones la pesquisa visual. Foto: Ariel Cecilio Lemus
Según varios estudios científicos, el sistema auditivo del bebé, incluso, antes de nacer, es capaz de responder a los ruidos que percibe en el vientre materno. Y es que, de todos los sentidos, el oído es, fundamentalmente, la experiencia sensorial que facilita la comunicación y promueve la interacción social, siendo así un aspecto esencial en el desarrollo emocional y cognitivo de las personas.
De ahí que la pérdida de audición suponga un obstáculo para la educación y la integración social, sobre todo si no se diagnostica en los primeros meses de vida.
La Organización Mundial de la Salud calcula que, en la niñez, casi el 60 % de los casos de pérdida de audición se deben a causas que pueden prevenirse, en tanto, indica que las pruebas diagnósticas permiten que estas afecciones se detecten en la etapa más temprana posible.
«Las investigaciones al respecto coinciden en que los niños que nacen sordos o sufren una pérdida en tal sentido, pero son objeto de intervenciones apropiadas dentro de los seis primeros meses de vida, al cumplir los cinco años han adquirido las mismas habilidades cognitivas que aquellos que tienen una capacidad de audición normal.
«El propósito de Infantix –un sistema de pesquisa neonatal que desarrolla el Centro de Neurociencias de Cuba (Cneuro)– va encaminado, precisamente, en ese sentido: la detección temprana de trastornos de la audición y la visión en infantes», explicó a Granma Ernesto Velarde Reyes, ingeniero en Telecomunicaciones y uno de los líderes del proyecto.
En los hospitales maternos en Cuba, dijo, es común que se realice este tipo de prueba auditiva a los recién nacidos y, para ello, se emplean con frecuencia equipos de otoemisiones acústicas, que son importados al país. Sin embargo, ninguna de estas tecnologías en el mundo ha incorporado entre sus funciones la pesquisa visual; el Infantix sí, destacó.
Otra de las características de esta herramienta hecha en Cuba es que cuenta con un sistema diseñado para acoplar diferentes módulos, en dependencia de la prueba y de los registros de señales.
Por ejemplo, apuntó, para las pruebas de emisiones otoacústicas, el módulo viene equipado con un aditamento que posee micrófonos y bocinas, teniendo en cuenta que el análisis clínico consiste en que el dispositivo emita un sonido y recoja el eco del mismo. En ese «rebote» hay información del funcionamiento de todo el oído medio e interno, y a partir de esos datos, el Infantix hace un análisis y dicta un resultado, detalló el ingeniero Velarde Reyes.
En el caso de un potencial evocado visual, acotó, el paciente recibe un estímulo visual, un flash, y nuestro sistema de cribado evalúa la respuesta del cerebro a esa estimulación. «De esta forma se puede llegar a medir desde la retina, el nervio óptico, hasta la parte de la corteza del cerebro que se encarga del procesamiento visual».
Al decir del especialista, mediante este tipo de pesquisa se pueden llegar a detectar grandes problemas de la vía visual como las cataratas congénitas o neuropatías del nervio visual.
«En ambos potenciales evocados, tanto visuales como auditivos, si el dispositivo detecta alguna anomalía, indicará que ese paciente debe ser referido, ya sea para repetir la prueba en las próximas semanas o para ser atendido directamente por los especialistas; de lo contrario, señalará que el infante pasó sin problemas la prueba».
El principal propósito de nuestro trabajo, aseguró, es detectar lo antes posible cualquier padecimiento auditivo o visual; y en el caso específico de la audición, el objetivo es que cada recién nacido salga del hospital con esta prueba realizada.
Dicha meta, explicó, viene condicionada porque, a partir de los seis meses de edad, se empiezan a formar en la corteza cerebral las zonas relacionadas con el lenguaje. «Si somos capaces de diagnosticar prematuramente cualquier problema y referir la atención especializada, ese paciente tendrá durante su vida un desarrollo normal».
DEL «LABORATORIO» A LA PRÁCTICA
En febrero de 2019, Infantix obtuvo el registro del Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos para realizar pesquisas auditivas, mientras que el método de análisis visual fue registrado en abril de 2020.
Según informó el ingeniero Velarde Reyes, actualmente, el Ministerio de Salud Pública trabaja en un plan nacional para introducir este equipo en las instituciones de Salud y, aunque la situación provocada por la COVID-19 ha retrasado la puesta en marcha, la perspectiva es que se pueda disponer de un equipo en cada maternidad.
Las principales pruebas, agregó, han sido realizadas en el Hospital Ginecobstétrico Ramón González Coro, de La Habana, y hemos contado, además, con la asistencia de otras instituciones y de trabajadores por cuenta propia, sobre todo lo relacionado con la impresión técnica y el modelado en 3D.
Como parte de la sostenibilidad del proyecto y la incorporación de nuevas facilidades, el especialista indicó que se trabaja en función de agregarle al equipo un módulo de pesquisa cardiovascular, lo que, sin dudas, aportaría otro valor agregado, en tanto permitiría determinar si existen alteraciones en la función del sistema cardiovascular.
Otra de las singularidades de Infantix –destacó–, es que no requiere de un personal técnico para manejarlo o leer los resultados. Es un sistema inteligente, con métodos automáticos de análisis y procesamiento, y una interfaz amigable y de fácil interacción, sostuvo.
«También incorpora métodos propios, desarrollados por el Cneuro, lo que nos dota de cierta independencia tecnológica, pues no hay necesidad de importar los sistemas».
Uno de esos proyectos es el Ventilador de Emergencia Pcuvente –desarrollado en menos de un año por el Centro de Neurociencias de Cuba, de conjunto con otras instituciones–, y que con un plan de fabricación de 250 unidades, le permitirá al país, ante una situación crítica, contar con mayor capacidad de respuesta
Foto: Cortesía Centro de Neurociencias
Desde el orgullo que encierra contar con cinco candidatos vacunales, hasta la producción nacional de hisopos y mascarillas, o las variantes aplicadas en el tratamiento a la enfermedad, no pocos han sido los aportes de la ciencia cubana en esta continua batalla contra la COVID-19.
Uno de esos proyectos es el Ventilador de Emergencia Pcuvente –desarrollado en menos de un año por el Centro de Neurociencias de Cuba (Cneuro), de conjunto con otras instituciones–, y que con un plan de fabricación de 250 unidades, le permitirá al país, ante una situación crítica, contar con mayor capacidad de respuesta.
Se trata de un producto orientado a la ventilación mecánica de emergencia en pacientes adultos, y que aprovecha las facilidades de uso de las bolsas de resucitación manuales diseñadas para la reanimación cardiopulmonar, explicó Ernesto Velarde Reyes, ingeniero en Telecomunicaciones del Cneuro y uno de los jóvenes profesionales que participan en la conducción del proyecto.
Este equipo, precisó, ya obtuvo la autorización para su uso en las salas de posoperatorio, y actualmente estamos inmersos en el proceso de certificar que puede utilizarse también en las terapias intensivas. Dichas pruebas, añadió, se realizan con una muestra de 35 pacientes en cuatro hospitales de la capital y, hasta el momento, los resultados son alentadores.
Acerca de las características y funciones del Pcuvente, Velarde Reyes destacó que está especialmente diseñado para la ventilación de emergencia por periodos no mayores de 24 horas de trabajo ininterrumpido, y puede resultar de gran ayuda tanto en las unidades de cuidados intensivos de emergencia, como en salas de recuperación y durante el traslado dentro y fuera del hospital.
Por ejemplo, expuso, cuando el paciente sale de una intervención quirúrgica, en la sala de posoperatorio tiene que haber un ventilador pulmonar, por si el enfermo aún no se ha recuperado de la anestesia y requiere ventilación controlada o asistida; el Pcuvente brinda esa posibilidad.
«Ello, a su vez, alivia la carga de tener que emplear para una situación menos compleja otros equipos de ventilación pulmonar, que poseen mayores prestaciones y que sí son necesarios para cuidados intensivos».
Además de este prototipo, el Cneuro también participa en la producción de un ventilador no invasivo.
Ingenio y profesionalidad se unen en Cuba para salvar de la «muerte» equipos médicos diseñados para salvar vidas. Con ese empeño, y pese a las restricciones que impone el bloqueo de Estados Unidos, el Grupo de la Industria Electrónica, la Informática, la Automatización y las Comunicaciones de Cuba (Gelect), dedica esfuerzos para echar a andar varias incubadoras neonatales
Ingenio y profesionalidad se unen en Cuba para salvar de la «muerte» equipos médicos diseñados para salvar vidas. Con ese empeño, y pese a las restricciones que impone el bloqueo de Estados Unidos, el Grupo de la Industria Electrónica, la Informática, la Automatización y las Comunicaciones de Cuba (Gelect), dedica esfuerzos para echar a andar varias incubadoras neonatales.
El proyecto, afirmó Gelect en Twitter, permite recuperar incubadoras descontinuadas por problemas eléctricos, «volviendo a darles vida útil y mejorada» a estos equipos diseñados para regular la temperatura, la humedad, el peso, la frecuencia cardíaca y la saturación de oxígeno del neonato.
En las unidades de tratamiento intensivo neonatal, una incubadora para bebés prematuros o neonatos es fundamental pues, de acuerdo con sitios médicos especializados, permite limitar la exposición del recién nacido a los gérmenes, y facilita la realización de procesos como la terapia intravenosa, el suplemento de oxígeno, el soporte mecánico de la respiración y la administración de fármacos.
El objetivo principal de este Grupo es incrementar la participación de la industria electrónica en los programas estratégicos del país, potenciando las inversiones en capital humano, la investigación y el desarrollo, así como la estimulación a la inversión extranjera como eje estratégico del desarrollo industrial, y la creación de productos competitivos para el mercado nacional e internacional.
Pese a las sanciones unilaterales de EE.UU., Cuba se convierte en el país más pequeño del mundo en tener vacuna de producción nacional contra coronavirus.
En un informe emitido el martes, el diario británico The Guardian destacó que a pesar de estar golpeada por el doble golpe de las sanciones estadounidenses y la pandemia del coronavirus, causante de la COVID-19, Cuba sigue severamente sus esfuerzos para desarrollar vacunas contra el virus letal.
“Esta isla sitiada [por EE.UU. durante 60 años] puede convertirse en el país más pequeño del mundo en desarrollar sus propias vacunas contra el coronavirus”, agregó la nota detallando que de las 27 vacunas en fase final de prueba contra la COVID-19 que se han producido en todo el mundo, dos son cubanas.
Según el texto, los ciudadanos del país caribeño no tendrán problemas para recibir la vacuna si las investigaciones clínicas tienen éxito, dado que la isla tiene un número muy alto de infraestructura bien desarrollada de policlínicos comunitarios locales y establecimientos de salud, “con la proporción más alta de médico por paciente del mundo”.
Cuba cuenta actualmente con cinco vacunas en su programa de producción. Conforme a los científicos cubanos, antes de terminar el verano, la isla podría disponer de una vacuna propia con la que podrá inmunizar a toda su población.
Desde 1960, EE.UU. mantiene un férreo bloqueo contra Cuba. En 2015, el expresidente estadounidense Barack Obama inició un proceso de distensión,que se vio frenado cuando Donald Trump llegó a la Casa Blanca en 2017 y aplicó centenares de sanciones a la isla. Se esperaba que con la asunción de Joe Biden la postura estadounidense cambie, pero hasta el momento todo sigue igual.
Según varios expertos, Washington aumentó las sanciones contra Cuba con la esperanza de que eso, combinado con la pandemia y la crisis económica, realmente llevaría a la isla al límite; no obstante, EE.UU. ha fracasado en materializar sus objetivos.
Se prevé el inicio del estudio en las primeras semanas del mes de mayo. En tanto, los sitios de vacunación deben estar listos el próximo 24 de abril
Todos los municipios de La Habana formarán parte del estudio de intervención poblacional con los candidatos vacunales Soberana 02 y Abdala, previsto para iniciar en las primeras semanas del mes de mayo, y que debe incluir alrededor de 1 700 000 habitantes de la capital, informó, en conferencia de prensa, la doctora María Elena Soto Entenza, jefa del Departamento Nacional de Atención Primaria de Salud del Ministerio de Salud Pública (Minsap).
Explicó la especialista que el proceso comenzará en los siete municipios que no están participando en la fase III de los ensayos clínicos de Soberana 02, es decir, Regla, Guanabacoa, Habana del Este, San Miguel del Padrón, Cotorro, Boyeros y Arroyo Naranjo.
Cuatro de ellos (Regla, Guanabacoa, Habana del Este y San Miguel del Padrón) serán objeto de la aplicación de Abdala, un producto desarrollado por el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB).
En tanto, la población de Boyeros, Cotorro y Arroyo Naranjo recibirá las dosis de Soberana 02, del Instituto Finlay de Vacunas (IFV).
Luego de empezar el estudio en estas localidades, inmediatamente comenzará en los otros ocho municipios, donde ha estado transcurriendo la fase III del ensayo clínico de Soberana 02, puntualizó Soto Entenza.
Asimismo, precisó la doctora, el mayor porcentaje de la vacunación se efectuará en los propios consultorios del médico y la familia, correspondientes a las áreas de Salud. En el caso de que estas instalaciones no puedan ser utilizadas por determinadas causas, se habilitarán sitios aledaños a los consultorios, recalcó.
Precisamente, con el objetivo de que todos los elementos organizativos y logísticos de los sitios de vacunación en la capital estén listos este 24 de abril, un equipo del Minsap, de conjunto con el IFV y el CIGB, ha verificado y preparado las condiciones para la intervención poblacional en los diferentes centros, comunicó la directiva.
La Jefa del Departamento Nacional de Atención Primaria de Salud del Minsap agregó, además, que el proceso se viene organizando hace unos meses, durante los cuales médicos y enfermeras de la familia, de los distintos municipios, han recibido capacitación acerca de las buenas prácticas clínicas y organizativas del proceso.
En este tiempo –dijo– se ha preparado a los directores de los policlínicos y a los directivos municipales, y se han designado equipos de investigadores en cada una de las áreas de Salud para certificar los lugares donde se efectuará la vacunación.
Con respecto a los aseguramientos materiales, la especialista certificó que se dispone de los recursos necesarios en cuanto a distribución de jeringuillas y los elementos de la cadena de frío.
Soto Entenza destacó el papel activo que han desempeñado, y que deben continuar desempeñando en el futuro, los Consejos de Defensa Municipal, el Consejo de Defensa Provincial y las organizaciones de masas, así como los médicos y las enfermeras de la familia, de conjunto con los estudiantes de Medicina y otras especialidades afines en la preparación del estudio.
¿QUIÉNES PODRÁN PARTICIPAR EN EL ESTUDIO DE INTERVENCIÓN?
Especificó la doctora María Elena Soto Entenza que en la intervención poblacional podrán participar los sujetos con edades a partir de los 19 años en adelante.
El proceso –detalló– se va a organizar por estrato poblacional, comenzando por el segmento de 60 años y más, por tratarse del grupo donde existen los indicadores más desfavorables de la COVID-19, en cuanto a la morbimortalidad, o sea, las complicaciones y los fallecimientos.
Luego vendría el estrato de 40 a 59 años, y posteriormente les correspondería a las personas de 19 a 39 años de edad.
Enfatizó en que será un proceso escalonado, para evitar que se aglomere la población en los consultorios; en tanto puntualizó que ya se han definido sitios de observación (además de los de vacunación) para que las personas puedan ser vigiladas durante una hora después de la inoculación, como está establecido en el protocolo.
En cuanto a los criterios de inclusión y exclusión, indicó que ya se están conformando los listados, en los cuales se están teniendo en cuenta los diferentes elementos por los que una persona no pudiera participar en el estudio, como por ejemplo, quienes presentan enfermedades crónicas descompensadas, se encuentren en estado de embarazo, en puerperio, los menores de 19 años y aquellos que ya estuvieron enfermos con el SARS-COV-2.
Respecto a los alérgicos al Tiomersal, comunicó que se produjo un lote sin ese componente, por lo que se considerará este elemento para que toda la población pueda ser objeto de la aplicación de los candidatos vacunales.
Antes de finalizar, la especialista recalcó la importancia de que la población continúe con las medidas higiénico-sanitarias, aun después de que se inicie la vacunación.
«Más que necesario, es imprescindible», aseveró, y recordó que las vacunas tienen un periodo de efecto en el organismo y que la inmunización real, en este caso, se logra después de las tres dosis.
La Habana, territorio de mayor transmisión y dispersión de la COVID-19 en Cuba, es objeto, desde el 22 de marzo, de un estudio de intervención controlado con Soberana 02 en 150 000 voluntarios pertenecientes al grupo de riesgo de los trabajadores de la Salud, del sector biofarmacéutico de la capital y otros sectores definidos por el Minsap.
Paralelamente, también tiene lugar la segunda etapa del ensayo clínico fase III de Soberana 02, con un total de 44 010 voluntarios.
La Academia de Ciencias de Cuba cuenta hoy con 22 nuevos miembros de honor que fortalecen la presencia de esta institución en la comunidad científica nacional. De acuerdo con una nota divulgada en la página web de la Academia, con estos ingresos se distingue a profesionales de trayectoria relevante que merecieron tal condición y prestigiarán el quehacer de esta institución.
Los nuevos integrantes fueron elegidos mediante voto secreto del cuerpo académico y pertenecen a las universidades de La Habana, Pinar del Río, Matanzas, Cienfuegos, Sancti Spiritus, Holguín, Guantánamo y de Oriente.
También corresponden a la sede universitaria de Ciencias Médicas de Villa Clara, al Hospital Militar Manuel Fajardo Rivero, en esa misma provincia; al Hospital General Docente Roberto Rodríguez en Ciego de Ávila; al Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología en Sancti Spiritus y al Centro Nicolás Guillén de Camagüey.
Además, a miembros de las delegaciones territoriales del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente en Pinar del Río, Holguín, Guantánamo, Granma y Santiago de Cuba.
En noviembre de 2020 se entregaron los Premios Nacionales de la Academia de Ciencias de Cuba a los mejores resultados de la investigación científica del país desarrollados en 2019.
Los resultados de los 99 trabajos premiados se divulgaron en revistas científicas especializadas y otras publicaciones tanto cubanas como extranjeras.