La Semana Cubana en la ciudad francesa de Enghien-les-Bains rindió hoy homenaje al reconocido músico y cantautor Adalberto Álvarez (1948-2021), durante un concierto de Alexis El Mura y su Timbre Latino.
La agrupación cerró la tercera jornada del evento en el Centro de las Artes de la pintoresca localidad de la Región Parisina, donde el público repletó el teatro de la instalación y se sumó al tributo al llamado Caballero del Son, en una edición de la semana dedicada precisamente a ese género músico-danzario que identifica a la isla.
Temas compuestos por Álvarez como A Bayamo en coche, Fin de semana es la cita, Tal vez vuelvas a llamarme y El Son de la madrugada formaron parte de la aplaudida actuación, la cual no dejó a casi nadie sentado en el auditorio.
Alexis Donatien también dedicó la presentación a otras figuras de la cultura cubana fallecidas en los últimos años, en particular a Juan Formell (2014) y a José Luis Cortés (2022).
Asimismo, celebró con su música la riqueza y la diversidad de América Latina y el Caribe y los lazos de amistad con Francia.
El concierto terminó con una descarga para resaltar el virtuosismo con los instrumentos de los miembros de Alexis El Mura y su Timbre Latino y de artistas invitados, entre ellos de la orquesta El Niño y la Verdad, que tendrá a su cargo la clausura el sábado de la Semana Cubana en Enghien-les-Bains.
Antes de la esperada presentación, el director del Centro de las Artes de la ciudad, Dominique Roland, compartió en una conferencia ilustrada detalles de sus estudios e investigaciones sobre el Son Cubano.
La disertación estuvo acompañada por demostraciones de baile y del uso de instrumentos como el tres, las maracas y el bongó, videos y fragmentos de interpretaciones de artistas que dieron impulso y notoriedad al género, de la talla del Trío Matamoros, la orquesta Aragón, Benny Moré y el Septeto Nacional de Ignacio Piñeiro.
El Son es el protagonista de la semana, por lo que fue aprovechado el contexto por la embajadora de Cuba ante la Unesco, Yahima Esquivel, para anunciar el martes que la isla presentará en marzo del 2023 el expediente de la candidatura a incorporarlo a la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
La frase de “hermanos del alma” la escuché por primera vez de Katiuska Blanco, al referirse a ese vínculo espiritual tan intenso existente entre Raúl y Fidel, una conexión que va más allá de la sangre común, el cariño, la admiración y el respeto, pues tiene que ver con la manera en que esos dos seres abrazaron la causa revolucionaria, compartieron juntos todos los peligros y sacrificios, enfrentaron y superaron todo tipo de obstáculos, y quedaron aun más unidos para siempre, no solo entre ellos, sino en el alma misma de la patria.
“Ser hermano de Fidel, es un privilegio—expresó Raúl en entrevista concedida al periodista Mario Vázquez Raña en 1993—. Siempre fue, desde la infancia, mi héroe; porque de todos los hermanos, yo soy el cuarto. Está una hermana, la mayor, después Ramón, un año después Fidel, cinco años después yo. O sea, que él, llevándome cinco años, era mi hermano inmediato superior. Y siempre fue mi héroe, mi más cercano compañero, pese a la diferencia de edad”.[i]
Existen numerosas anécdotas de cómo esa relación especial entre ellos germinó desde el seno familiar en Birán, en los colegios Hermanos de La Salle y Dolores en Santiago de Cuba y alcanzó su máximo esplendor a partir de la radicalización del pensamiento revolucionario de ambos y la decisión de unir su suerte por un destino verdaderamente luminoso para Cuba.
Siendo apenas un adolescente, ya Raúl se cuestionaba la realidad social que percibía en el entorno de Birán, rodeado de propiedades y empresas estadounidenses, ideas que compartía con los trabajadores de la zona y que de una u otra forma llegaban a oídos de su padre. Preocupado por esta situación, Ángel Castro decidió entonces confiar a Fidel la formación de Raúl y aceptó que lo llevara a La Habana bajo su responsabilidad. El resultado fue que Fidel se convirtió en el principal educador político de Raúl. El primer libro que le dio a leer fue El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado, de Federico Engels, luego otros que estimularon las inquietudes políticas del joven Raúl, y aunque se hizo comunista por voluntad propia, no hay dudas de que la influencia de su hermano fue fundamental.
Mas Raúl no se ganó el lugar que hoy ocupa en la historia por ser hermano de Fidel, —de hecho, este último evitó siempre que hubiera favoritismos y condescendencias en ese sentido— sino por mérito propio, a partir de su determinación y firmeza al actuar en momentos cruciales. Así fue durante las acciones del 26 de julio de 1953 en el Palacio de Justicia en Santiago de Cuba, cuando en una acción de audacia extrema desarmó a un sargento que dirigía una patrulla de militares en el preciso momento que detenía a sus compañeros; así tomó el mando de la situación.
“En el caso del compañero Raúl—recordó Fidel en la clausura del primer congreso del Partido el 22 de diciembre de 1975—, en realidad es para mí un privilegio que, además de un extraordinario cuadro revolucionario, sea un hermano. Esos méritos los ganó en la lucha y desde los primeros tiempos. La relación familiar sirvió para que lo enrolara en el proceso revolucionario, lo invitara al Moncada¡Ah!, pero cuando allí, en la Audiencia de Santiago de Cuba llega una patrulla y los hace prisioneros, si Raúl no hace lo que hizo en ese instante, hace mucho tiempo que no existiría Raúl, que fue quitarle la pistola al jefe de la patrulla y hacer prisionera a la patrulla que los había hecho prisioneros a ellos. Si no hace eso, a todos ellos los habrían asesinado algunas horas después en el Moncada. Y ese fue el comienzo. Y la prisión, y el exilio, y la expedición del «Granma», y los momentos difíciles, y el Segundo Frente, y el trabajo desplegado durante estos años”.[ii]
Después del asalto al Moncada, Raúl y Fidel volverían a verse en la entrada de la cárcel de Boniato. Aunque no pudieron intercambiar palabra alguna o darse el abrazo anhelado, el hecho de saber cada uno que el otro vivía, produjo en ambos inmensa alegría. Raúl no olvidaría jamás ese momento, pues Fidel no se veía para nada derrotado, todo lo contrario, “allí estaba él con una dignidad y una estampa de firmeza e hidalguía tremenda”.[iii] No sería el único momento en que tendría lugar una escena muy similar, el 18 de diciembre de 1956, al reencontrarse en Cinco Palmas luego del desembarco del Granma y la dispersión provocada en la tropa rebelde por la sorpresa de Alegría de Pío, el propio Raúl ha contado que pensó en sus adentros que Fidel se había vuelto loco al escucharlo exclamar: ¡ahora sí ganamos la guerra¡, por el hecho de haberse reunido 8 hombres y 7 fusiles en aquel lugar memorable.
Ya para ese momento ambos hermanos habían compartido la experiencia de la prisión y el exilio. En México había peligrado todo el esfuerzo realizado por organizar una expedición a Cuba al ser apresado Fidel y una significativa parte de la dirección del Movimiento 26 de Julio. Raúl se había destacado sobremanera al desplegar una enardecida e infatigable labor por lograr la excarcelación de Fidel y sus compañeros.
Durante la lucha en las montañas de la Sierra Maestra Fidel se preocupaba por la vida de su hermano más pequeño, pero no menor era el desvelo de Raúl por la de Fidel. Cuenta Guillermo García de un incidente ocurrido después del combate de La Plata, el 17 de enero de 1957, cuando uno de los combatientes se negó a entregar el fusil y las balas que se habían ocupado a los enemigos e incluso rastrilló su arma y apuntó en forma amenazante a Fidel; señalando: “Este Springfield y la canana con cien balas lo cogí yo…si quieres el fusil ven a cogerlo”. De inmediato -relata Guillermo- Raúl dio un salto y cayó delante del fusil: “Si quieres, dispárame a mí, pero a Fidel no”.[iv]
Raúl va a estar de manera inseparable junto a Fidel en las principales acciones de la guerrilla, se destacó y ganó prestigio ante la tropa rebelde por su valentía, disciplina y compañerismo. El hoy Comandante de la Revolución, Delio Gómez Ochoa, que integró la columna número uno en la Sierra Maestra sostiene que si Raúl no tuvo más participación en acciones de mayor peligro en esa etapa fue porque Fidel trataba de preservarlo, pues sostenía ya desde ese momento que “Raúl era la gran reserva de la Revolución”.[v]
No obstante, no era posible resistirse ante el ímpetu de lucha de Raúl, el 27 de febrero de 1958, Fidel lo asciende a Comandante y lo nombra Jefe de la Columna 6, con la misión de fundar el II Frente. Raúl, que había conocido de la decisión días antes, apuntó en su diario de campaña: “Caminando con Fidel por el patio de la casa, me informó que escogiera 50 hombres para realizar la misión que le pedí una vez. Me volví loco de contento y empecé a trabajar preparando la gente. Le puse por nombre “Operación Frank País García”, en honor al inolvidable combatiente”.
La apertura del Segundo Frente se convertiría en una de las hazañas militares más significativas de la guerra de liberación, en la zona de operaciones asignada crecería aún más el liderazgo de Raúl, que mostró sus dotes no solo como estratega militar, sino como organizador. El Segundo Frente en materia de organización puede considerarse la simiente de la futura institucionalidad de la Revolución, Fidel lo definiría como «modelo de organización, administración y orden».
Raúl también tendría una destacada participación, junto a Fidel y el Comandante Juan Almeida Bosque, en las operaciones que dieron cerco a la ciudad de Santiago de Cuba y a las contundentes victorias del Ejército Rebelde en el mes de diciembre de 1958, que constituyeron la antesala del triunfo revolucionario. Raúl había vuelto a encontrarse con Fidel el 18 de diciembre en La Rinconada, sede de la Comandancia del Ejército Rebelde. “Volvemos a La Rinconada —escribiría Almeida en sus memorias—, a una reunión para ultimar planes para la ofensiva final ante el tambaleo del régimen. Están presentes todos los representantes del Movimiento 26 de Julio en el país que pudieron asistir. Vemos a Raúl después de su largo abrazo con Fidel, tras nueve meses de su salida de La Pata de la Mesa. En su zona ha dejado un frente consolidado y realiza una ofensiva arrolladora. Viene acompañado de Vilma y Piñeiro”.[vi]
Llegada la hora del triunfo revolucionario Raúl se encargaría de tomar todas las medidas pertinentes para proteger la vida de Fidel en el trayecto de la Caravana de la Libertad por toda la Isla. Otra tarea que cumplió con gran amor y responsabilidad. Encargaría al frente de esa misión a uno de sus mejores hombres, al Comandante Antonio Enrique Lussón Battle.
Es así que cuando triunfa la Revolución, Raúl había acumulado méritos suficientes para constituir el segundo hombre en la dirección del Movimiento 26 de Julio, ratificado además en acto público por el pueblo en fecha tan temprana como el 21 de enero de 1959, al ser propuesto directamente por Fidel:
“Y para tomar las medidas de precaución, porque aquí hay que estar prevenidos contra todo, le voy a proponer a la Dirección del Movimiento 26 de Julio, que designe al compañero Raúl Castro, Segundo Jefe del Movimiento 26 de Julio (APLAUSOS).Lo hago, no porque sea mi hermano—que todo el mundo sabe cuánto odiamos el nepotismo— sino porque, honradamente, lo considero con cualidades suficientes para sustituirme en el caso de que yo tenga que morir en esta lucha; porque, además, es un compañero de muy firmes convicciones revolucionarias, que ha demostrado su capacidad en esta lucha, que fue de los que dirigió el ataque al Moncada, de los que estuvo dos años en la cárcel, de los que organizó el Segundo Frente “Frank País”, y de los que han dado relevantes pruebas de capacidad como organizador y como líder (APLAUSOS).
(…)
Y al plantear aquí la necesidad de que el pueblo esté alerta y esté prevenido contra cualquier agresión en la persona de uno de sus dirigentes, al plantear aquí esa necesidad, lo hago con una honrada convicción, de hombre que le preocupa no solo el presente sino también el futuro de la patria, de hombre que le preocupa la patria no solo mientras viva sino también cuando muera (APLAUSOS). Y al plantear aquí que considero que el compañero Raúl Castro podría sustituirme en este caso, no es que yo decida unilateralmente, sino yo quiero consultar con el pueblo si está de acuerdo (EXCLAMACIONES DE: “¡Sí!”).[vii]
Tres años más tarde, en 1964, en entrevista que le ofreciera Ernesto Che Guevara a la periodista estadounidense Lisa Howard, al preguntarle esta última sobre quién podría sustituir a Fidel, el destacado Comandante respondió: “¿Quién lo reemplazaría? Sería una cuestión a discutir posteriormente. Nosotros no hacemos esa clase de análisis ahora, ni tenemos ninguna aspiración ninguno de nosotros; pero lógicamente su hermano Raúl, no por ser su hermano, sino por sus propios méritos, es el viceprimer ministro y es el más indicado entre nosotros para seguir el mismo rumbo de la Revolución Cubana”.[viii]
Otros momentos de la historia de la Revolución unirían indisolublemente a Fidel y Raúl, como fue aquel en que Raúl sufrió un accidente cuando sobrevolaba en avioneta la Ciénaga de Zapata y Fidel salió de inmediato a su rescate, o cuando Fidel en medio de un importante discurso el 6 de agosto de 1960 perdió transitoriamente la voz —afónico por un catarro— y Raúl en un gesto memorable tomó el micrófono y pronunció palabras que emocionaron profundamente a todo el auditorio, pero también habría que mencionar Girón; la Crisis de Octubre; la lucha contra Bandidos; la batalla contra el sectarismo, las conspiraciones y traiciones; las misiones internacionalistas; el enfrentamiento a la política agresiva de los distintos gobiernos estadounidenses; la Revolución en toda su dimensión tanto en el plano doméstico como internacional; el Período Especial; la lucha por el regreso de Elián y los Cinco Héroes; entre muchísimos otros. Para suerte de Cuba y los cubanos, durante décadas de lucha ambos líderes se complementaron las tareas de tal forma, que multiplicaron por diez la fuerza del impulso revolucionario.
Cuando llegó la hora de asumir las máximas responsabilidades del Estado y el gobierno en el año 2008, Raúl destacó: “Fidel es Fidel, todos lo sabemos bien, Fidel es insustituible y el pueblo continuará su obra cuando ya no esté físicamente. Aunque siempre lo estarán sus ideas, que han hecho posible levantar el bastión de dignidad y justicia que nuestro país representa”.[ix]
El 25 de noviembre de 2016 se produjo la partida física del Comandante en Jefe, pero en su lugar quedó su más fiel y experimentado discípulo, el más fidelista de todos los cubanos, que desde su singularidad —Fidel es Fidel, y Raúl es Raúl[x]— ha mantenido viva la fuerza de la Revolución, abriéndole paso con seguridad y confianza a la continuidad creadora que representa nuestro presidente Miguel Díaz Canel, que ha bebido de esos dos manantiales de sabiduría, ejemplos imperecederos de hermandad en la lucha contra todos los imposibles, que siguen demostrándonos cada día “que sí se pudo, sí se puede y se podrá superar cualquier obstáculo, amenaza o turbulencia en nuestro firme empeño de construir el socialismo en Cuba, o lo que es lo mismo, ¡garantizar la independencia y la soberanía de la patria!”.[xi]
Notas
[i] Entrevista concedida por el General de Ejército Raúl Castro Ruz al señor Mario Vázquez Raña para el periódico El Sol de México, 21 de abril de 1993.
[ii] Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Primer Ministro del gobierno revolucionario, en la clausura del Primer Congreso del Partido, celebrado en el teatro “Carlos Marx”, el 22 de diciembre de 1975, “Año del Primer Congreso”. (Departamento de versiones taquigráficas del gobierno revolucionario).
[iii] Katiuska Blanco, Todo el tiempo de los cedros, Casa Editorial Abril, Ciudad de La Habana, p.319.
[iv] Guillermo García Frías, Encuentro con la verdad, Casa Editorial Verde Olivo, Ciudad de La Habana, 2010, p.93.
[v] Wilmer Rodríguez Fernández y Elier Ramírez Cañedo, entrevista al Comandante de la Revolución, Delio Gómez Ochoa, 2 de mayo de 2019.
[vi] Juan Almeida Bosque, La Sierra y más allá, Casa Editorial Verde Olivo, La Habana, 2008.
[vii] Discurso pronunciado por el Comandante Fidel Castro Ruz, en la magna concentración popular, en el palacio presidencial, el 21 de enero de 1959, “Año de la Liberación”. (Versión taquigráfica de las oficinas del Primer Ministro).
[viii] Entrevista a Ernesto Che Guevara, Ministro de Industrias, realizada por Lisa Howard, el 12 de febrero de 1964, véase en Elier Ramírez Cañedo, El Che y las relaciones Estados Unidos—Cuba en los años sesenta, Editorial Ocean Sur, p.169.
[ix] Discurso en las conclusiones de la sesión constitutiva de la VII legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Palacio de las Convenciones, La Habana, 24 de febrero de 2008, en periódico Granma, La Habana, 25 de febrero de 2008, p. 2
[x] Si durante los años como Ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias durante casi 49 años, Segundo Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y Ministros, Raúl dejó una huella trascendente en la historia del proceso revolucionario cubano después de 1959, no se puede contar la historia más reciente sin hablar de su papel como presidente de los Consejos de Estado y de Ministros y Primer Secretario del Partido en la conducción de los más importantes procesos de cambios para actualizar y perfeccionar el modelo socialista cubano de las últimas décadas, desde los Lineamientos de la política económica y social del Partido y la Revolución, la nueva Ley Migratoria y la nueva Constitución de la República, por solo mencionar algunos ejemplos. Tampoco puede dejar de mencionarse su destacada labor en el escenario internacional desde la presidencia pro témpore de la CELAC, el proceso de paz en Colombia y el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con los Estados Unidos, hechos todos que marcan la época contemporánea. Raúl siempre ha rehuido las menciones y homenajes, pero su historia de vida y lucha merece ser más divulgada y conocida entre las nuevas generaciones de cubanos.
[xi] Discurso del General de Ejército, Raúl Castro Ruz, en homenaje póstumo al Comandante en Jefe, el 3 de diciembre de 2016.
Con el ejemplo del Apóstol Nacional, José Martí celebremos el 8vo Congreso del PCC. A través de sus ideas, con la convicción plena de que el pueblo de #Cuba es fiel a los héroes de la Patria: con todos y para el bien de todos.
Preside Miguel Díaz-Canel Bermúdez encuentro con directivos de la Oficina del Historiador, institución cultural, social y económica que se ha ganado el respeto y cariño de las cubanas y cubanos, y del mundo
Eusebio Leal es insustituible, y a la Oficina del Historiador de La Habana le corresponde mantener su legado, preservar y desarrollar su obra, sentenció el Jefe del Gobierno de la República, Manuel Marrero Cruz, en encuentro con directivos de una institución cultural, social y económica que se ha ganado el respeto y cariño de las cubanas y cubanos, y del mundo.
El encuentro fue encabezado por el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, quien resaltó el trabajo de la Oficina en La Habana Vieja, como un modelo de gestión que debe servir de referente en la actual etapa de desarrollo, en la que se construye un modelo de municipio autónomo, autogestionable, con centro en las personas que viven en él.
El Jefe de Estado señaló que las maneras de hacer de la Oficina deben ser parte de la capacitación de los intendentes y gobernadores del país, por su gestión cultural orientada al desarrollo sostenible local, el vínculo con las universidades, la academia y la fuerza de trabajo calificada del territorio.
Perla Rosales, directora adjunta de la Oficina del Historiador de La Habana, informó sobre la labor de la institución en 2020 en los ámbitos de la gestión urbana, cultural, social, educacional e inversionista, entre otros.
Durante el pasado año, y en lo que va de este, reconoció que el trabajo de la Oficina en todas sus áreas ha estado muy deprimido, debido, en primer lugar, a la crisis provocada por la pandemia de la covid-19, especialmente en el sector turístico.
Entre las proyecciones para el año que corre, la entidad se propone buscar nuevas fuentes de suministros para sustituir importaciones, la ampliación del uso de las tecnologías de la información y las comunicaciones para agilizar y optimizar los procesos, y el desarrollo del proyecto de «ciudad inteligente».
Trabajará, además, a favor de la generación de nuevos ingresos por la comercialización electrónica de servicios, la diversificación de la exportación de servicios y el incremento de los ingresos externos.
Otras proyecciones son fortalecer la participación comunitaria mediante la creación del Centro para el Desarrollo Cultural Comunitario, e impulsar los proyectos individuales y colectivos de los jóvenes becarios de Habana Espacios Creativos.
Es prioridad, también, extender la experiencia del desarrollo urbano integral hacia toda la capital y las ciudades patrimoniales del país, y escalar el Plan Maestro como una unidad de ciencia e innovación.
«La pieza se titula Enseña, ha sido expuesta en dos ocasiones y está realizada en PVC y acrílico», me cuenta este joven artista de la plástica sobre una bandera singular y entrañable, con mucho que decir desde el arte. Una obra con sentidos absolutamente compartidos, públicos y profundamente íntimos:
«Para mí, en lo personal, significa mucho, desde lo más elemental como un simple gusto, hasta el simbolismo que encierra en sí misma mi bandera con sus colores y todos sus elementos. También porque soy masón y su significado para mí va más allá».
Arian la asume como un recurso expresivo en el que se concentran símbolos y significados que considera imprescindible preservar de generación en generación. Al menos, así lo sugiere el título que escogió:
«Se llama Enseña porque juega con la palabra de «enseña nacional» y enseña a los niños, a las nuevas generaciones, los símbolos patrios y su significado. Por eso la pieza es en legos, porque los legos son precisamente piezas didácticas para armar, ese es el sentido de la obra».
Él mismo elaboró una por una las piezas de lego que conforman nuestra insignia tricolor, esa a la que él, como tantos y tantas artistas de Cuba han «sabido rendirle homenaje»:
«Existe una línea muy fina y difusa, pero si la abordas desde el conocimiento, el amor y el respeto por todo lo que simboliza, no hay paso a la deshonra».
Graduado de la Academia de San Alejandro y también del Instituto Superior de Diseño Industrial, Arian siempre dice algo a través de su obra; le interesa transmitir un concepto y para ello se apropia de símbolos, a veces sutiles.
«Amo a mi patria y a mi bandera, que es muy hermosa», ha dicho en una entrevista con La Jiribilla. Desde ese amor puede convertir en mariposa, o en estrella, a la bandera más bella que existe.
El Comandante en Jefe Fidel Castro dijo en su Reflexión del 20 de junio de 2007 sobre Vilma Espín: “Consagró toda su vida a luchar por la mujer, cuando en Cuba la mayoría de ellas era discriminada como ser humano al igual que en el resto del mundo, con honrosas excepciones revolucionarias”.
Tras el triunfo revolucionario de 1959, y ya con una historia fraguada entre la clandestinidad y la guerrilla, Vilma se convirtió en la guía de las acciones del nuevo Estado para instituir la igualdad y el empoderamiento de las mujeres cubanas en la sociedad y las leyes.
Presidió la Federación de Mujeres Cubanas hasta su fallecimiento. Su trabajo fue fundamental en la creación de los círculos infantiles, en el establecimiento del Código de la Niñez y la Juventud y el Código de Familia; en la Asamblea Nacional, el Consejo de Estado, y en las delegaciones que representaron a Cuba en foros internacionales relacionados con la lucha por los derechos de las mujeres.
En el aniversario 91 de su natalicio, la vida y obra de Vilma Espín Guillois sigue siendo un ejemplo cercano de activismo, abnegación y empoderamiento en un contexto mundial donde continúan las luchas de las mujeres por el derecho a decidir sobre su cuerpo, a vivir sin violencias ni maltratos, a ser independientes y a tener más participación en la vida política y económica de sus sociedades.
….«Conscientes del momento histórico» que nos ha tocado vivir, de «la responsabilidad» que tenemos, pluma en mano, ante los que quieren prostituir a nuestra Revolución. Es ese nuestro compromiso, nuestro Moncada, nuestro Girón
Gerardo Hernández Nordelo contó varios anécdotas en su visita al periódico Granma, tras ser invitado por la UJC del diario, para celebrar el cumpleaños 59 de la organización y el 60 de la de los pioneros
Juan Luis Ricardo (percusionista), Gerardo Hernández y Karel García.
«¡Manténganse firmes, coj…! ¡No traicionen, que Fidel nunca los va a abandonar!». Con toda la fuerza que su cubanía le permitió, vociferaba un «marielito» preso, cuando junto a él, en fila y encadenados, caminaban los Cinco Héroes cubanos, prisioneros del imperio, hacia uno de los primeros juicios que les harían al ser encarcelados en Estados Unidos.
Esta y muchas otras anécdotas contó Gerardo Hernández Nordelo en su visita al periódico Granma, tras ser invitado por la ujc del diario, para celebrar el cumpleaños 59 de la organización y el 60 de la de los pioneros, cuando restan pocos días para el 8vo. Congreso del Partido Comunista de Cuba.
De cómo fue su entrada al Instituto Superior de Relaciones Internacionales Raúl Roa como cadete insertado del Minint, de la complejidad que supuso asumir otra identidad, la del puertorriqueño Manuel Viramóntez, conversó –entre la soltura y el sentido del humor propios de su personalidad– con un público atento que vivió cada segundo de esos años, a la par de la narración.
Los presentes comprobamos, una vez más, la firmeza de su dignidad, al escuchar las remembranzas de aquella etapa en la que se sobrepuso a la oscuridad de una celda de castigo, y se adaptó para sobrevivir en la prisión federal más cercana a Los Ángeles. «Al principio pensábamos (los Cinco) que podría hacerse justicia». Cuando no la hubo, tampoco cedieron «a seguir el guion» sórdido que les fue propuesto. «No vamos a ser los únicos que mueran en prisión, que pasen la vida en prisión por la defensa de su país», se dijeron.
Poco más de una hora duró la charla en la que el luchador antiterrorista no solo rememoró los ensañamientos sufridos como consecuencia de su posición inquebrantable, sino que también recordó a Fidel en toda su grandeza, inspiración de la sostenida decisión de los Cinco de no traicionar a Cuba, aunque les costara la libertad y la vida. Con especial emoción revivió el abrazo con Tony y Ramón el día anterior a su regreso a Cuba. Enfatizó en los 12 años que estuvo sin ver a Adriana, su novia, su compañera, hoy madre de sus tres hijos, y el auditorio se estremeció ante esa prueba irrefutable de amor.
Gerardo, hoy coordinador nacional de los cdr, recalcó la postura de dignidad que debe tener toda persona respecto al país donde nació, algo que han perdido algunos que, tras haberse formado en nuestra Patria, «se convierten en voceros de la contrarrevolución». Es en medio de ese permanente «bombardeo» que los jóvenes periodistas deben mantenerse «fuertes ideológicamente», «conscientes del momento histórico» que nos ha tocado vivir, de «la responsabilidad» que tenemos, pluma en mano, ante los que quieren prostituir a nuestra Revolución. Es ese nuestro compromiso, nuestro Moncada, nuestro Girón, concluyó.
El emotivo encuentro incluyó la presentación del trovador Karel García, junto al percusionista Juan Luis Ricardo.
«¡Qué orgullo poder contar no con el Héroe, sino con el hombre que es Gerardo Hernández Nordelo!», expresó el autor de canciones comprometidas con las más limpias esencias humanas, como 14 verbos de junio por Guevara y Cuba irá, entre muchas otras.
A propósito de la guerra mediática que sufre nuestro país –dijo el cantor– está concebida la canción Cuba irá. Cuando suenan los acordes, una inmensa carga patriótica tiene ya el auditorio. La voz de Karel canta entonces el destino que inevitablemente habrá de vivir Cuba, en un mundo donde los dominios imperiales pretenden imponerse:
Sobre la saliva corrosiva del apátrida de su virtud / Sobre la mordida más lasciva de los que osan profanar su luz /Sobre la ingratitud y los zarpazos. / Sobre la mentira truculenta del discurso del disfraz, / sobre la perfidia más violenta de los cínicos del antifaz, / sobre la fetidez, sobre el ultraje. Cuba va, Cuba irá.
Beijing, 4 abr (Prensa Latina) Niños y adolescentes de Cuba conmemoraron hoy en China los 60 años de la Organización de Pioneros José Martí (OPJM), en una actividad que les permitió profundizar más sobre la historia, figuras destacadas y emblemas de esa agrupación. Mediante un conversatorio y audiovisuales, los participantes conocieron acerca de los antecedentes de la OPJM y recibieron los atributos que otorga según el nivel escolar de cada miembro.
Durante la celebración se rindió homenaje a Juan Padrón, un reconocido dibujante, humorista y caricaturista de Cuba que con un ingenio singular en sus trabajos enseñó a muchos niños de la isla a reír y amar la historia nacional.
Los pequeños también tuvieron espacio para confraternizar mediante juegos y dibujos.
El 4 de abril, Cuba festeja el nacimiento de la OPJM y además el de la Unión de Jóvenes Comunistas, la cual arribó a su 59 cumpleaños.
La Habana, 17 mar (Prensa Latina) El domingo 18 de marzo de 1923 un grupo de jóvenes cubanos protestó ante la corrupción del gobierno de Alfredo Zayas y articuló por primera vez la expresión política de la intelectualidad en la isla. De acuerdo con investigaciones históricas y publicaciones de la época, pasadas las cuatro de la tarde 15 muchachos, sin definición política ni rumbo ideológico todavía, entraron al salón de actos de la Academia de Ciencias de Cuba, sito en La Habana, para asistir a un homenaje a la educadora uruguaya Paulina Luissi.
En la ceremonia, organizada por el Club Femenino de Cuba, hablaría el Secretario de Justicia del actual gobierno, Erasmo Regüeiferos, quien había refrendado un decreto presidencial para realizar un ‘negocio repelente y torpe’ sobre la compra del Convento de Santa Clara de Asís.
El líder del grupo, Rubén Martínez Villena, utilizó esas palabras para describir la adquisición de un inmueble que sufragó el Estado a un precio exorbitante de más de dos millones de pesos que permitirían al presidente Zayas quedarse con una parte del dinero.
Tras interrumpir el acto junto a sus compañeros, Villena usó la palabra para denunciar ese hecho que describió como corrupto y luego todos se retiraron del local en afrenta a Regüeiferos.
Al día siguiente, el diario El Heraldo de Cuba publicó un manifiesto firmado por 13 jóvenes, participantes en el acontecimiento, que anunció el inicio de un movimiento de reacción contra la corrupción de los gobernantes.
‘La juventud consciente, sin ánimo perturbador ni más programa que lo que estima el cumplimiento de un deber, está dispuesta en lo sucesivo a adoptar idéntica actitud de protesta en todo acto en el que tome parte directa o indirecta una personalidad tachable de falta de patriotismo o de decoro ciudadano’, expone el documento.
Según Martínez Villena, este acto ‘dio una fórmula de sanción y actividad revolucionaria a los intelectuales cubanos’.
Asimismo, la acción propició la creación de la Falange de Acción Cubana (abril de 1923) que conformaron además del joven líder, Juan Marinello, José Zacarías Tallet, Emilio Roig de Leuchsenring (después primer historiador de la ciudad de La Habana), entre otros.
En opinión de expertos, esa entidad articuló a la intelectualidad que repudió la corrupción administrativa y política del gobierno de Alfredo Zayas.
Marinello escribió sobre la protesta que fue ‘la primera expresión política de nuestros intelectuales, como grupo definido’.
El historiador Ramiro Guerra aseguró que hasta ese momento ‘habíamos dispuesto en nuestros juicios de una escalada de valores seudocoloniales a base de convencionalismo, de respeto, de cobardía frente a lo insincero y falso’.
Posteriormente, a través de sus versos en la obra Mensaje Lírico Civil, Villena expresó: ‘Hace falta una carga para matar bribones,/ para vengar los muertos, que padecen ultraje/ para limpiar la costra tenaz del coloniaje/ (…) para que nuestros hijos no mendiguen de hinojos/ la Patria que los padres le ganaron de pie’.
La Habana, 15 mar (Prensa Latina) Al cumplirse hoy 143 años de la Protesta de Baraguá, Cuba evoca el espíritu del mayor general insurrecto Antonio Maceo (1845-1896), protagonista de esa negativa a aceptar una paz sin independencia de la metrópoli española. De acuerdo con el líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro, con la orden de desobediencia dada el 15 de marzo de 1878 Maceo llevó a su punto más elevado el espíritu patriótico y revolucionario del pueblo cubano.
‘Las banderas de la Patria y de la verdadera Revolución, con independencia y con justicia social, fueron colocadas en su sitial más alto’, expresó Fidel Castro en el centenario de ese hecho.
La Protesta de Baraguá puso fin al Pacto del Zanjón, en el que España, tras 10 años de guerra, ofrecía el cese de las hostilidades sin una solución a la situación colonial que levantó en armas a los cubanos.
En la entrevista efectuada entre el jefe mambí y el general español Arsenio Martínez Campos, Maceo dejó claro que no podría haber en Cuba paz sin independencia ni abolición de la esclavitud, objetivos supremos por los que el pueblo cubano se había lanzado a la lucha armada.
El escenario era adverso para las ansias libertarias de esta nación antillana, pues la desunión, la dispersión y el caudillismo arrinconaron la Guerra de los Diez Años (1868-1878) y llevaron a algunos a pactar la injusta paz, en momentos en que en el oriente y centro de la isla los mambises retomaban la lucha.
De acuerdo con historiadores, ni la soberbia inicial del representante español, ni las alabanzas al percibir la estatura moral del Titán de Bronce, pudieron condicionar el diálogo, que nunca fue concebido por Maceo como tal, sino como la oportunidad de ratificar la voluntad de los cubanos de continuar la guerra.
El encuentro no podría terminar de otra forma: ‘¿No nos entendemos?’, preguntó el español, ‘No nos entendemos’, replicó tajante Maceo.
Al proclamar su decisión irrevocable de combatir, el insigne revolucionario arrastró a jefes, oficiales y soldados e inspiró la lucha de generaciones posteriores.
Esos principios patrióticos y revolucionarios fueron enarbolados por Fidel Castro durante la última etapa de la lucha por la soberanía plena y ratificados en el juramento del 19 de febrero del 2000, cuando aseveró que Cuba sería un eterno Baraguá.