Hezbolá: #EEUU ha demostrado su papel en destruir economía libanesa

EEUU es el principal factor de desestabilización mundial

El subsecretario general del Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá), el sheij Naim Qasem. (Foto: Reuters)

Hezbolá afirma que EE.UU. ha probado su papel en la destrucción de la economía libanesa al imponer duras sanciones contra el país y apoyar a sus funcionarios corruptos.

El subsecretario general del Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá), el sheij Naim Qasem, subrayó el sábado que los estadounidenses han empujado al país árabe, mediante presiones, hasta un punto en que el 80 % de su población está por debajo del umbral de la pobreza.

En este sentido, enfatizó que la injerencia de EE.UU. en El Líbano y la corrupción en la clase dominante son las dos causas del deterioro de la situación económica y social del país, puesto que la corrupción se ve “reforzada” por el respaldo de Washington a los líderes corruptos.

“El papel de EE.UU. en la destrucción de la economía libanesa ha sido probado con razones definitivas. Esto ya no está oculto para nadie. Impusieron sanciones, llevaron el sistema bancario a la quiebra e impidieron que interactuara con otros países”, denunció Qasem.

El Líbano se ha visto envuelto desde finales de 2019 en una profunda crisis financiera que ha provocado que la libra libanesa perdiera alrededor del 90 % de su valor frente al dólar y provocó el colapso de su sistema bancario.

Sin embargo, desde hace meses, por el aumento de la guerra económica de EE.UU. y una escasez de combustible, el país se ha enfrentado a una crisis política y económica cada vez más grave. El sábado, el país atravesó un apagón total después de que dos centrales eléctricas principales se desconectaran debido a la insuficiencia del combustible.

En medio de la crisis de combustible que está afectando al país, la República Islámica de Irán decidió brindar ayuda a su aliado libanés, enviando cargueros de combustible al país árabe.

De hecho, el miércoles, el tercer barco iraní que transportaba combustible atracó en el puerto de Baniyas, en el oeste de Siria, para luego ser transferido al territorio libanés, a pesar de las advertencias de EE.UU. y el régimen de Israel.

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