“El paro les dolió”: Segunda huelga general contra el Gobierno de #Milei paraliza #Argentina

La huelga nacional convocada por la CGT y las dos CTA fue contundente en Argentina. Foto: Página 12.

A las siete de la mañana un ciclista rodaba en contramano por el metrobus de la avenida 9 de julio. No había peligro porque no había un alma. En las cercanías de las estaciones de Retiro y Constitución estaban cerradas y unos pocos caminaban en busca de un transporte. Hacía siete horas que el paro nacional decretado por la CGT y la dos CTA había comenzado y en las centrales sindicales ya se confirmaba lo que habían previsto: Esto es un parazo.

En la sede cegetista de Azopardo 802 llegaban avisos de las diferentes regionales de la CGT dando cuenta del alcance de la medida en las diferentes provincias. El promedio iba entre 80 y 90 por ciento de adhesión.

El gobierno de Javier Milei intentó desarrollar sin éxito el remanido argumento de que los gremios impiden que las personas que no adhieren a la medida vayan a sus lugares de trabajo, los millones que pierde el país, los actos violentos o el uso de clavos “migueletes”, como dijo la ministra de Seguridad. Pero nada de lo que dijeron tuvo la entidad como para desmerecer la potencia de la medida de fuerza.

“El paro les dolió”, afirmó el triunviro y camionero Pablo Moyano, y advirtió que si Milei mantiene su plan de ajuste, la central obrera mantendrá el plan de lucha. Héctor Daer, el otro triunviro, le reclamó al gobierno “tomar nota” del mensaje que enviaron los trabajadores organizados y “reconfigurar su política de ajuste que nos lleva a extremos”. Fue el segundo paro nacional en cinco meses de un gobierno libertario que aplica un feroz ajuste que destruye los bolsillos y debilita la estructura del Estado. Todo indica que no será la última medida de acción directa.

El paro impactó en la Casa Rosada. La primera muestra la dio Patricia Bullrich cuando dijo días antes que se iba aplicar el protocolo antipiquete a una huelga que no incluía movilización. Para luego, durante la mañana de este jueves, encabezar una desordenada conferencia de prensa en una vacía estación Constitución. Allí alcanzó a balbucear que se trataba de un “paro de la debilidad”. El presidente Milei, en tanto, aprovechó el día franco para buscar acepciones de la palabra paro en algún diccionario y comentarlas a través de la red social X.

A primera hora, las calles y las avenidas de ciudad de Buenos Aires parecían una postal de los días de pandemia cuando muy pocos salían a la calle. El silencio era un denominador común en las arterias de varias ciudades del país. Los dirigentes cegetistas lo veían en las calles porteñas pero también recibían fotos de las regionales de la CGT que mostraban el impacto de la huelga en las provincias. En las plantas automotrices no se ajustó ni una tuerca. Todo fue quietud.

Desde la ciudad de Córdoba, capital de una provincia donde el Presidente arrasó en el ballotage el paro se hacía sentir. Una radio abierta frente a la sede de la CGT local arengaba a cumplir con la medida de fuerza y advertía que “la patria no se vende”. También hubo una concentración en una de las principales esquinas de la capital cordobesa que mostraba bancos y oficinas de reparticiones públicas cerradas con carteles que convocaban al paro que ya estaba en marcha.

En Tucumán la medida de fuerza también tuvo un fuerte impacto. Incluso el gobernador Osvaldo Jaldo, peronista pero cada vez más identificado con los libertarios, dijo que si bien el paro es una medida de fuerza legal y constitucional “yo no la comparto para nada” y agregó que “hoy hacen paro para seguir durmiendo, y a la Argentina no la vamos a sacar adelante durmiendo”, afirmó.

A la Secretaría de Interior de la CGT que lidera el metalúrgico Abel Furlan y que coordina el trabajo con las regionales de la central obrera, llegaban mensajes con informes donde decían que en provincias como Santiago del Estero, Santa Fe, Entre Ríos, Catamarca y muchas del sur como Río Negro, el paro era contundente. “Es una demostración que el movimiento obrero unido jamás será vencido”, repetían.

En CABA hubo colectivos del Grupo DOTA que circularon. No fueron todos. El grupo, que controla una buena cantidad de líneas que circulan entre el conurbano y la ciudad de Buenos Aires presionó a sus choferes para que tomen servicio. Argumentaban que el DNU 70/2023 les permitía funcionar como si se tratara de un servicio escencial, pero la justicia laboral les avisó, a través de una resolución, que el capítulo laboral del dañino DNU está frenado por varios amparos otorgados a los gremios que se presentaron ante el fuero laboral. De todas formas, las unidades que circularon lo hacían vacías o con muy pocos pasajeros. Otra muestra del éxito de la medida de fuerza.

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