Publicado por Alma

Almagro entre la ralea de Miami. Foto: Tomada de Twitter
Luis Almagro se fue el domingo a Coral Gables a recibir displicente la condecoración que le inventaron los “luchadore$” anticubanos por “su postura valiente de defensa de los derechos humanos en los países del continente”.
No se trataba de un reconocimiento por defender a los pueblos originarios vilipendiados en la región, ni por exigir elecciones limpias en Honduras, ni denunciar la corrupción y el pacto político espurio en Perú -desde donde llegó al acto floridano-, ni por denunciar los asesinatos de luchadores sociales en Colombia.
Eufórico entre sus pares (por la ralea), como Lincoln Díaz-Balart y otros personajillos de la mafia política miamera, el secretario general de la OEA se desplayó en su pensamiento cipayo y dijo que “no se puede aceptar una sucesión no democrática en Cuba” y que la comunidad internacional tampoco debería aceptar a “dictadores” en ámbitos como la Cumbre de las Américas, que tendrá lugar en Perú los próximos 13 y 14 de abril.
Almagro espetó que es imposible “aceptar ningún reclamo de legitimidad” de un régimen que ha “privado de los derechos básicos al pueblo cubano” por seis décadas en medio de “una complacencia generalizada” de los otros países de la región. Calificó a Cuba como “la peor clase de dictadura” y que es además un ejemplo “peligroso” para el continente. Palabras que recuerdan las de los embajadores yanquis y sus acólitos en las tristes sesiones de la OEA de los años 60.